¡Es que me provoca un cepillao!

      El popular ¡sopita! Tiene mas de 30 años vendiendo cepillados en las escuelas Monseñor Granadillo, Alejandro Fuenmayor y también mata tigritos en la vereda del lago, admite atender solo en horario de oficina para vender sus aclamados cepillados. Son más de tres décadas matando la sed su clientela, he aquí sus más preciadas anécdotas.

Tiene un menú muy variado, naranja mandarina, limón, melón, guanábana, zapote, tamarindo, guayaba, fresa, piña, parchita, ciruela, sabores que son un escándalo, nadie los pela, pues admitió que prepara los jugos casi todos los días porque las grandes ventas lo dejan sin materia prima para el día posterior.

Sopita confesó que su día a día empieza a las cinco de la mañana, cuando tiene que preparar las esencias que le hagan falta, limpiar su Tarantín, montar el hielo, surtir de vasos, leche condensada y hasta cucharillas porque hay clientela exquisita. Diariamente vende alrededor de 500 cepillados y admite que ahora en la feria va a llenar su bolsillo de pacas, las ventas serán buenísimas. Cada raspado cuesta 5bs pero en las fiestas patronales aumentaran de costo hasta 2 y 3bs más.

Este humilde servidor se ha sabido ganar el corazón de gran parte de su clientela, algunos estudiantes le brindan hasta el desayuno pues y como no hacerlo si éste caballero hasta ofrece comodidad de pago ¡con las fiadas! Sin duda alguna para muchos Sopita es el Rey del Raspao en Maracaibo y no lo cambian por nadie, los consumidores dicen q tiene sazón y un toque muy especial.