Transportistas denuncian “marañas” en las gasolineras
Rubén Esis, en representación de la Central Única de Trabajadores del Transporte del estado Zulia, denunció que los empleados de las estaciones de servicio, junto con los efectivos de la policía y la Guardia Nacional se componen para cobrar por un cupo en las colas o “conseguir” una pimpina de gasolina, por un monto de 25 mil bolívares.
El pasado 20 de noviembre, los profesionales del volante sostuvieron una reunión con representantes de Petróleos de Venezuela, la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (SUNDDE), la Guardia Nacional y el Ministerio de Energía y Minas.
La estatal se comprometió a habilitar por lo menos dos islas en las estaciones que el gremio y la petrolera acordaran, para surtirlos de manera directa mientras dure la coyuntura de la escasez. Además, semanalmente los transportistas tendrían participación en la mesa de trabajo de manera mensual.
El acuerdo no se cumplió. Los transportistas no contaron con la logística que para poder tener esas islas surtidoras a su disposición y terminaban en tórridas y lamentables discusiones tanto con los bomberos como los usuarios, lo que dejó ese acuerdo “en un caos” que puso en peligro de extinción el servicio de transporte en la recta final del 2017.
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Cada vez menos
Esis comunicó que “ante la escasez de combustible, cerca del 5 a 10 por ciento de la flota de la que queda (15) pasan su jornada en las estaciones de servicio, lo que interrumpe el funcionamiento del transporte y merma los ingresos de nuestros asociados”.
Agregó que los bomberos surten de 30 a 40 litros y llenan los tanques si se les hace “un aporte adicional, lo que estamos en evidencia de unos forajidos que atentan con el buen desarrollo de las leyes y normas de convivencia, con unas autoridades a espaldas de esta penosa realidad”.
Complicidad
Si bien la estatal petrolera se comprometió, se quedaron demasiado cortos en sus buenas intenciones, ya que los transportistas no se sienten respaldados por autoridades y denuncian que los efectivos, en complicidad con los bomberos, extorsionan a los usuarios solicitando un pago adicional si los pasan por delante de quienes tienen horas en la cola.
“Lo cierto de todo esto es que fue peor el remedio que la enfermedad, porque en las estaciones de servicio de combustible hay una corrupción campante entre los bomberos, fuerzas castrenses y fuerzas policiales. Estamos con unas autoridades ausentes para hacer cumplir las leyes, pero que están al servicio de la corrupción”, sentenció.
El gremio alerta a la colectividad que “hagan sus arreglos para trasladarse a sus destinos a pie, porque es muy probable que no prestemos el servicio, por lo que quedaran a merced de los llamados piratas y pagarles lo que a ellos les venga en gana, justificando lo injustificable”.