La lista de pretendientes sigue siendo un secreto bien guardado como lo ha sido desde hace al menos 50 años, como lo exigen los estatutos del Nobel, y aunque sin traicionar la identidad de los «designados», Lundestad destacó que la edición 2011 está influida por las revueltas en el mundo árabe.
«Hemos recibido varias propuestas que reflejan la situación que se observa» sobre todo en Túnez, Egipto y Libia, dijo.
Los patrocinadores pueden decidir anunciar públicamente la identidad de sus «postulantes».
Miles de personas en todo el mundo — parlamentarios y ministros, precedentes laureados, miembros de ciertas instancias internacionales, ciertos profesores de universidad – están habilitados para proponer una candidatura. La fecha límite para el envío de propuestas es el 1 de febrero.
Un diputado noruego, Snorre Valen, anunció haber propuesto Wikileaks para el Nobel, estimando que el portal creado por el australiano Julien Assange y especializado en la publicación de informaciones confidenciales había permitido dejar a la luz «la corrupción, los crímenes de guerra y la tortura».
La ONG rusa de defensa de los derechos humanos Memorial y una de sus responsables, Svetlana Gannushkina, también fueron propuestas por sus es fuerzpos por la protección de las libertades en Rusia.
Figuran también en la lista de los nominados los tres hombres considerados como los creadores de internet, los estadounidenses Larry Roberts y Vint Cerf y el británico Tim Berners-Lee.
Su invención permitió la aparición de portales tales como Twitter y Facebook que están jugando un gran papel en la llamada «primavera árabe».
Otras candidaturas conocidas son la Unión Europea, el ex canciller alemán Helmut Kohl, la presidenta liberiana Ellen Johnson Sirleaf y el disidente cubano Oswaldo Payá.
El nombre del o de los laureados será anunciado en octubre. El premio se entrega tradicionalmente el 10 de diciembre, fecha aniversario de la muerte de su fundador, el inventor sueco de la dinamita Alfred Nobel.
El año pasado, el comité Nobel, compuesto por cinco miembros designados por el Parlamento noruego, provocó la ira de Pekín al recompensar al disidente chino Liu Xiabo.