Los comunicados de la Embajada de Estados Unidos en Venezuela fueron publicados por el diario londinense The Guardian, y revelan las percepciones sobre la industria petrolera estatal venezolana.
Durante un viaje a Zulia del entonces embajador norteamericano, Patrick Duddy, en el segundo semestre de 2009, la diplomacia de Washington detectó que «la situación en materia de servicios petroleros ha cambiado significativamente. Las condiciones de los equipos se ha deteriorado drásticamente desde las expropiaciones de las compañías de servicios ocurridas en mayo (de 2009)».
Una fuente no identificada, atribuida a Pdvsa, es citada en el mismo cable, donde se relata que «durante una supervisión de un pozo petrolero costa afuera se detectó, con mucha sorpresa, un terrible estado de seguridad industrial y mantenimiento de las instalaciones ahora operadas por Pdvsa».
Una fuente atribuida a Chevron habría señalado que la producción de crudo de Pdvsa oscila entre 2,1 y 2,3 millones de barriles diarios (b/d), cuando la cifra oficial es de 3 millones de barriles al día.
La petrolera también informó que las ventas de crudo a Estados Unidos suman 1,3 millones de b/d, mientras que el consumo del mercado interno es de 800 mil b/d; y los despachos a Cuba y Petrocaribe alcanzan entre 300 y 400 mil b/d de crudo y derivados.
Temores sobre Venezuela
Las expropiaciones y deudas con proveedores, y la incertidumbre sobre las reglas del juego, crean un cóctel tóxico para las inversionistas. Además, la imposibilidad de repatriar dividendos y la inseguridad personal alejan las inversiones extranjeras.
Los papeles del Departamento de Estado, de final de 2009 hacen referencia a las empresas ChevronTexaco y BakerHughes, afirmando que las dos firmas norteamericanas habrían optado por detener las inversiones en Venezuela.
En el caso de Chevron, se indica que las empresas mixtas Petroboscán (de 115 mil barriles diarios) y Petroindependiente «son rentables especialmente desde que Chevron dejó de invertir nuevos fondos».
Respecto a la empresa proveedora de taladros BakerHughes, los comunicados del Departamento de Estado indican que «su estrategia es continuar minimizando su exposición al no invertir», posición apoyada por la casa matriz de Baker en Estados Unidos.
Asimismo, se evalúa la pertinencia de mantener activos petroleros de alto valor en el país, con el precedente de la agresiva expropiación de empresas de servicios petroleros.
No obstante, hace dos semanas el presidente de BakerHughes Venezuela, Guillermo Romero, dijo a El Universal que «apostamos a Venezuela por las reservas que tiene el país», que lo harían más atractivo que vecinos como Ecuador, Perú o Colombia. EJT