Interrogado sobre el hecho de que las múltiples presiones que sufre podrían terminar con sus actividades, Assange explicó: “de un punto de vista personal, no. Yo diría incluso que las presiones fortalecen mi determinación”.
“Pero de un punto de vista financiero, es otra cosa”, prosiguió.
“Perdemos más de 600.000 francos suizos (620.000 dólares) por semana desde que comenzó la difusión de los cables diplomáticos. Para continuar nuestras actividades será necesario de una manera u otra recuperar este dinero”, agregó.
El australiano, que actualmente beneficia de un régimen de libertad condicional en el Reino Unido, espera un proceso para una posible extradición a Suecia donde está encargado por “agresiones sexuales”.
La fecha de su proceso debe ser fijada durante una audiencia prevista para el martes en Londres.
De su lado, Washington estaría estudiando la posibilidad de perseguirlo por espionaje después de la difusión en WiliLeaks de miles de notas diplomáticas estadounidenses.
Julian Assange desmintió el rumor según el cual había presentado una demanda de asilo en Suiza, pero precisó que la cuestión seguía abierta.
“Estamos reflexionando sobre el país más apropiado en materia de seguridad para mí y mis equipos. Nada está decidido. Suiza sigue siendo una posibilidad”, explicó.
“Tampoco excluímos Australia”, agregó el fundador de Wikileaks.