Werner Gutiérrez: Detengamos el genocidio de nuestra ganadería
E l 12 de enero en las redes sociales observamos cómo un grupo de venezolanos irrumpía de manera violenta en las haciendas Miraflores y Cantarrana del estado Mérida, sacrificando sus rebaños en los potreros. Según los reportes iniciales, se afirma el hurto de más de 100 reses por parte de aquella población enardecida. En los días sucesivos diversas fincas privadas del Eje Panamericano Mérida-Zulia fueron conminadas bajo amenaza de grupos violentos a entregar animales. Así mismo, el frigorífico Filaca, en Mucujepe, fue víctima de un intento de saqueo. En el municipio Baralt del Zulia, 24 reses fueron sustraídas solo de una finca, por bandas armadas.
Pero este ataque reiterado contra las unidades de producción de alimentos no proviene únicamente de grupos violentos sin control o de delincuentes. Desde el propio Estado, de manera “más elegante”, amparados en decretos con fiscatorios ilegítimos, cuatro gobiernos regionales intentan apropiarse de la producción de carne, leche y queso del sector privado. En Guárico, Cojedes, Barinas y Apure, pretenden impedirles la libre comercialización de sus productos, obligándolos a vender parte o la totalidad de su producción a las autoridades locales a precios irreales que no cubren su estructura de costo. El pasado miércoles en Zaraza, Guárico, ocurrió el primer decomiso arbitrario de un lote de 43 toros gordos a un productor de El Socorro, el cual apegado a lo establecido en la Constitución vigente, se negó a cumplir esta arbitraria medida.
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Todas estas acciones de grupos anárquicos de la población generadas y/o amparadas por el Gobierno, representan un intento de aniquilación, exterminio sistemático y deliberado de la producción nacional de alimentos. De continuar, significaría el genocidio definitivo de la ganadería nacional, con lo cual, no solo estaríamos condenando a la ruina a más de 450.000 familias venezolanas y a 20 economías regionales que dependen de la actividad agropecuaria, decretaríamos la pérdida de toda mínima posibilidad a 31 millones de habitantes a ingerir un vaso de leche o un trozo de carne, aumentando su dependencia de las migajas que el Gobierno asigna a su discreción.
Afortunadamente, el gremio ganadero no se amilana. Desde diversos rincones, bajo la coordinación de Fedenaga, se aferran a las ubres de sus vacas, e impulsan acciones en defensa del sector. En Guárico, Aprolegua organiza acciones en rechazo a las medidas regulatorias del Gobierno. En el Sur del Lago, Agasur lidera las conversaciones con los cuerpos de seguridad para exigirles la defensa de sus unidades de producción, mientras Fegalago, presenta el Plan de Reimpulso de la Ganadería Zuliana 2018-2019. Convencidos estamos que solo existe una forma de recuperar el sagrado derecho de nuestros hijos a la alimentación, y es rescatando de manera urgente la producción nacional. Levanta tu voz, dile no al saqueo, y juntemos nuestras manos, para impulsar juntos, un cambio de rumbo. ¡Sí se puede!