La actividad, organizada por Fudena desde hace 20 años, se volvió en una red, donde privados, públicos, comunidades y sociedad civil unen esfuerzos para mostrar que con opciones sencillas se ayuda a la disposición de residuos sólidos.
Como años anteriores las playas fueron divididas y se le otorgó un sector a cada organismo involucrado. «En esta ocasión sumamos 700 voluntarios» dijo Rosy Álvarez, de Coca-Cola.
Con la actividad se logra saber el tipo de desechos que afecta las playas, lo que permite a la Corporación de Servicios planificar acciones.
En Miranda, la Dirección de Ambiente enfocó la jornada a recoger por separado plástico y vidrio para reciclarlo y evitar acumulación de basura en rellenos a cielo abierto, bajar emisiones de gas que agravan el cambio climático y mejorar empleo de compactadores, elevando vida útil de vertederos.
La cita fue en Paparo, donde los voluntarios se organizaron en grupos de 10 personas.