Video | «Ahora en las cárceles es obligatorio estudiar y trabajar»

Pero, además, dicho régimen significa que todos los privados de libertad están uniformados. «Les hemos dado a cada preso tres uniformes compuestos de dos monos y un short, y una caja plástica para que guarden sus efectos personales», explicó la ministra.

En esos 14 penales (los restantes tienen un régimen medio, donde aún no están uniformados) los privados de libertad están clasificados en dos grupos: quienes ya están pagando condena y los que esperan juicio, destacó.

Un día normal en una cárcel con régimen estricto comienza a las 6 am, cuando toda la población reclusa es trasladada al patio central para entonar el Himno Nacional y proceder al pase de número. «El pase de número consiste en que cada uno levanta la mano y dice un número en secuencia; esto para chequear que todos estén presentes», aclaró la ministra, quien añadió que el pase de lista (con nombre y apellido de cada recluso) se realiza al menos una vez al mes.

Luego en el transcurso del día los presos se ajustan a las distintas actividades programadas, bien para el estudio o el trabajo, además del momento de sus tres comidas, refirió Varela. «Entre las 6 y 7 pm hay un toque de silencio que es previo al acostarse», describió la titular del Servicio Penitenciario.

Cero celulares. En esos penales de «régimen estricto», los presos no pueden portar teléfonos celulares, pero sí pueden realizar llamadas a través de un servicio de telefonía fija, informó Varela.

Las visitas de familiares se realizan en los días fijados por las autoridades. Los miércoles generalmente se realiza la visita conyugal. «No se permite a los familiares pernoctar en los recintos penitenciarios ni ingresar a ellos con paquetes», acotó la funcionaria. «Después de cada visita se efectúa una requisa en todas las áreas del establecimiento penitenciario», señaló.

La requisa forma parte esencial del «régimen estricto», y ésta consiste en el ingreso a las áreas del penal para revisar si existe o no la presencia de algún objeto o sustancia prohibidos dentro de las celdas. «Al menos una vez a la semana funcionarios del Ministerio Penitenciario hacen una requisa», indicó Varela, y destacó que cualquier delito cometido dentro de esas cárceles es considerado «algo grave».