Ruhr Oël «nunca rindió ganancias al país, tampoco refinó ni un barril de petróleo pesado nacional, ni dio empleo a venezolanos», señala el texto.
Según PDVSA, en el convenio original se establecía que «las refinerías en Alemania debían procesar crudos pesados y extrapesados procedentes de Venezuela. Sin embargo, este objetivo no se cumplió», añade el comunicado.
Durante la visita que hizo a Moscú la semana pasada el presidente venezolano, Hugo Chávez, PDVSA y el primer grupo petrolero de Rusia, Rosneft, firmaron un contrato por 1.600 millones de dólares para la compra de las acciones venezolanas en Ruhr Oël (50%), cuya otra mitad pertenece a la británica BP.
La operación despertó criticas en Venezuela. El ex ministro de Energía, Humberto Calderón Berti, consideró que el precio que pagaron los rusos fue una «ganga» que «no iban a desaprovechar».
Según Calderón, la construcción de un complejo refinador como Ruhr Oël, que controla importantes capacidades de refinado en Alemania, costaría entre 7.000 y 8.000 millones de dólares.
Pero PDVSA aclaró que a los 1.600 millones de dólares hay que sumarle «los inventarios de crudo existentes en las instalaciones al cierre de la operación y las facturas pendientes» por cobrar.
«El monto de venta de estas plantas fue avalado por tres firmas de auditores independientes», precisó la petrolera venezolana.
Chávez visitó Rusia la semana pasada, como parte de una gira que lo llevó a Belarús y a Ucrania, y que incluye también Irán, Siria, Libia y Portugal.