En estos momentos cruciales, la oposición procura ser más inteligente que el Gobierno y ha decidido junto a su dirigencia concentrada en la Mesa de la Unidad Democrática no abandonar las calles.
Una mayoría política, social y electoral que quiere expresarse. Esa es la denominada oposición venezolana, que no es otra cosa que ciudadanos enfrentados y víctimas de una dictadura de esta era; una dictadura “distinta” que ha aprendido de la cubana, de Libia y de tantas otras del siglo pasado. Es una dictadura que se ha construido paso a paso e intentando sostener una fachada de democracia, ya hoy derribada gracias a la presión popular y la acción del liderazgo opositor.
En estos momentos cruciales, la oposición procura ser más inteligente que el Gobierno y ha decidido junto a su dirigencia concentrada en la Mesa de la Unidad Democrática no abandonar las calles hasta conseguir que se retome el hilo constitucional y se cumplan sus peticiones, que se pueden resumir en cuatro esenciales: fijar un cronograma para que se den las elecciones (regionales y/o generales), recobrar la soberanía de la Asamblea Nacional (Parlamento), poner fin a las inhabilitaciones de líderes opositores y poner freno a la actuación de los grupos paramilitares que maneja el régimen de Nicolás Maduro.
Cada suceso que ocurre en Venezuela puede cambiar el escenario y generar otra dinámica o desencadenar una serie de eventos difíciles de predecir.
En ese contexto se celebrará la marcha del 19 de Abril (19-A); la que se espera sea la más grande de las ocurridas en la historia de Venezuela. Este 19-A marcará un hito en la historia de esta lucha y no es una frase suelta a la ligera. Es que este evento está llamado a responder a una serie de interrogantes: ¿Qué tan capaz es la oposición de aglutinar el descontento y transformarlo en presión popular? ¿El Gobierno escalará hacia una dictadura más brutal? ¿Cómo reaccionará la comunidad internacional? ¿Qué eventos se van a desencadenar luego de la gigantesca manifestación?
Recordemos que el 19-A no es la meta ni el objetivo final de esta lucha; ésta es una larga carrera de resistencia y así hay que entenderla. El llamado de la marcha no es a una salida abrupta ni insurreccional, el llamado es “Venezuela en la calle contra el golpe”. Lo que se pueda desencadenar a partir del 19-A nadie lo sabe. Lo cierto es que nunca en la historia del chavismo las condiciones han sido tan desfavorables y nunca la oposición había estado tan firme y unida en las calles.