El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, está claro en el significado de su visita a Cuba. Ha dicho que constituye una “oportunidad histórica”, no sólo por lo que implica en el fortalecimiento de las relaciones diplomáticas y comerciales entre las dos naciones, sino también en las repercusiones en términos políticos que se producirán a largo y corto plazo en la isla.
La llegada de Obama a la isla se produjo con un séptimo de 800 personas, entre miembros de su gabinete, asesores, empresarios y legisladores de los partidos Republicano y Demócrata.
A esta cantidad de representantes de Estados Unidos se agregan los más de 15,00 periodistas de más de 90 medios informativos de todo el mundo.
El aterrizaje de Obama con los dos aviones de transporte C-17 de la Fuerza Aérea de Estados Unidos trae también que inversiones de su país comiencen a llegar a esta isla a partir de esta semana.
Para los próximos días se proyecta que las cadenas hoteleras Mariott y Starwood firmaron acuerdos para iniciar sus operaciones en Cuba.
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Desde la semana pasada la telefónica AT&T se adhirió a las empresas Verizon y Sprint para ofrecer sus servicios de telefonía y de internet en este país.
A esto se agrega que en esta Semana Santa llegarán a Cuba Mick Jagger, Keith Richards, Ron Wood y Charlie Watts, considerados los cuatro pilares o líderes del imperialismo, que permanecerán desde el jueves hasta el sábado exploraron posibilidades de inversiones en esta isla