Desde la última reunión de cancilleres del Mercosur, en diciembre del año pasado, Venezuela dio de qué hablar al estar envuelta en una situación en la cual se le impidió acudir a la sesión celebrada en la ciudad de Buenos Aires, Argentina.
La ministra para Relaciones Exteriores, Delcy Rodríguez, denunció en esa misma oportunidad haber sido agredida por el personal de seguridad al no lograr integrarse a la junta.
Asimismo amenazó con comenzar a entorpecer el desarrollo de los diversos planes que se pudiesen llevar a cabo en Mercosur.
Tras el panorama político, social y económico de Venezuela y la suspensión de sus derechos en el bloque, el gobierno ha buscado una salida a través de convenios comerciales y la unión a la Alianza del Pacífico.
La nula participación de Venezuela en Mercosur
Por segunda vez, los cancilleres del Mercosur se reunieron en Buenos Aires sin la presencia de Venezuela. Su suspensión dentro del bloque se debe a su incumplimiento de los principios democráticos y a no haber aprobado la normativa con la que funciona el grupo. Nada ya sorprende. La autoritaria administración de Nicolás Maduro se mantiene en situación permanente de incumplimiento. Por lo demás, Venezuela ha amenazado al Mercosur con dificultar su marcha, algo inaceptable.
El bloque debe ahora definir su agenda comercial inmediata, incluyendo completar el derrotero de búsqueda de acuerdos comerciales con terceros y la convergencia con la Alianza del Pacífico. Es necesario también que se mejore la mecánica interna de integración.
Queda visto entonces que los cuatro creadores y primeros signatarios del Tratado de Asunción -la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay- son los que deciden el rumbo por seguir.
No hay tiempo que perder respondiendo a la nueva andanada de insultos proferidos por la canciller venezolana Delcy Rodríguez. Basta recordar que, en diciembre pasado, sin haber sido invitada, la funcionaria irrumpió en el Palacio San Martín con la pretensión de incorporarse a la reunión del Mercosur. Al no lograr su propósito, denunció mendazmente haber sido golpeada por el personal de seguridad.
Venezuela continuará, sin éxito, buscando instalar cortinas de humo para disimular el desastre económico y social que atraviesa. Es necesario también que el Mercosur continúe las negociaciones con la Unión Europea en procura de un convenio de libre comercio. Sería, asimismo, muy positivo que se pudiera anunciar cuando menos un acuerdo de política comercial con el Viejo Continente antes de fin de año, acelerando las conversaciones con el grupo negociador que está por llegar desde Bruselas.
La política comercial de corte proteccionista de la actual administración norteamericana ha revalorizado sensiblemente la posición de aquellas naciones exportadoras de alimentos como las del bloque del Mercosur.
El momento parece también propicio para cerrar las negociaciones con la Asociación Europea de Libre Comercio y con la India. Además, es hora de definir qué tipo de relación tendrá finalmente el Mercosur con China. Nada de esto requiere de la participación de Venezuela, que solo procura entorpecer el trabajo del bloque regional.
Editorial La Nación