“Fracasó”. La política agrícola oficial “destruyó” el campo venezolano. Las causas son evidentes. Importar productos que en el pasado se exportaban, como café y arroz, resumen el retroceso. Werner Gutiérrez, ingeniero agrónomo, alerta que el diagnóstico es alarmante. La sequía, falta de insumos, control de precios, inflación, inseguridad jurídica, personal, convenios complacientes con productores extranjeros e importaciones impactan en la producción de alimentos.
Gutiérrez no duda que el “modelo económico agrícola fracasó” y aflora la escasez de alimentos al revisar los niveles de producción y las bajas en tierras sembradas y cultivadas. El dato devastador lo sitúa en que “de 30 millones de hectáreas potenciales para la agricultura, solo se está utilizando 25 por ciento”. De esas casi cinco millones de hectáreas están administradas por el Estado y “están improductivas”.
Desde 2001, con la promulgación de la Ley de Tierra se afirmó un giro en la actividad del campo, elevar los indicadores agrícolas y garantizar la seguridad alimentaria. Pero el resultado derivó en tierras productiva intervenidas, controles y medidas de expropiación que espantaron la confianza de invertir en los predios.
Una década después, el Gobierno se plantea en seis años “afianzar un conjunto de políticas públicas de apoyo a la producción, distribución, comercialización y organización del sector rural y participación del poder popular campesino en la implementación de un Plan Nacional de Producción de Alimentos que garantice la soberanía alimentaria”, asegura el Plan de la Patria.
En medio de la intención del Plan de Siembra Soberana y resistencia al cambio de las políticas agrícolas, la realidad socaba cualquier iniciativa. La inflación y el aumento de los costos de producción con un producto terminado bajo control de precios retrasan recuperar la agricultura. Y dejar de ver que de cada dos arepas que se desayuna el venezolano, una es de maíz extranjero.
Gutiérrez señala que si el Ejecutivo insiste en mantener el control de precio existe la “alternativa” de que cada tres meses se revisen los costos de producción para la adecuación. Aunque lo recomendable económicamente es “liberación de precios” y control de la inflación. Recalca que si “todos los días aumentan los costos para producir alimentos y el sistema el ineficiente, no tiene rentabilidad, no hay estímulo a la inversión y producción”.
“Poca importancia”
Gustavo Machado, economista.
“En la contabilidad nacional se suman diversas actividades económicas para lograr el total nacional del Producto Interno Bruto. En el caso de la agricultura privada forma parte de la partida ‘Resto’, una actividad desde el punto de vista contable el Banco Central le da un tratamiento marginal. Eso lo que hace es reflejar lo que ocurre en el país, que la agricultura privada, al menos desde el punto de vista contable, se le está dando poca importante. Sería conveniente que tuviera su propia medición, que no fuera sumada a otras actividades. Eso permitirá un análisis y un mejor punto de partida para analizar la situación del sector privado en el campo de Venezuela.
Y además permitirá al Ejecutivo, con esa medición bajo su poder, plantear políticas más adecuadas para Sicad. Porque lo que apreciamos es que todos los días la oferta nacional de alimentos es insuficiente y con la caída de los precios del petróleo tenemos menos dólares para importar. Traduce agravamiento de la escasez en los últimos meses.
Hay que hacer un llamado al Banco Central de Venezuela para que publique las cifras económicas de manera oportunas. El sector privado en la parte de la agricultura cuenta con organizamos gremiales a través de los cuales debería tratar de realizar las mediciones, pero en todo caso hay que entender estos indicadores como complementarios, lo fundamental es que los organismos públicos lleven a cabo sus funciones de medición de estadísticas”
Habla el campo
Antonio Pestana, presidente de Fedeagro
“En 2014 se sembraron 230 mil hectáreas de arroz, este año serán 140 mil. Son 500 millones de kilos de arroz que dejarán de salir de los campos venezolanos.
Ciro Labarca, presidente Aganaco
Las principales causas son escasez de insumos, problemas con el combustible, falta de personal que se está dedicando al bachquero, la regulación de precios.
Jorge Núñez, presidente de Gadema
En Zulia hay nueve municipios que están en extrema sequía y ha impacto en la producción de carne y leche en Machiques que tiene la mayor cantidad de ganado.
Armando Chacín, presidente de Fegalago
“Lo que queremos es trabajar. Necesitamos las herramientas, un Estado coherentes con políticas claras. Tenemos la potencialidades hasta para poder vender a otros países”.
fuente.lv