“El pensamiento del Papa se ha instrumentalizado frecuentemente con fines e intereses ajenos al sentido de sus palabras, lo que resulta evidente si se leen por entero los capítulos en donde se trata de la sexualidad humana“, sostiene el comunicado de la Congregación para la Doctrina de la Fe, la entidad del Vaticano encargada de garantizar el respeto de los principios de la Iglesia.
“Las palabras del Papa no modifican ni la doctrina moral ni la praxis pastoral de la Iglesia”, subraya la congregación, al desmentir las diferentes interpretaciones a propósito de “la anticoncepción y la actitud de la Iglesia en la lucha contra el sida”.
En el libro, publicado en noviembre, Benedicto XVI estimó que “en algunos casos”, cuando la intención es reducir el riesgo de contagio, el uso del preservativo “puede ser un primer paso para abrir el camino a una sexualidad más humana”.
La sorprendente apertura de Benedicto XVI al uso del preservativo si bien no cuestionaba su prohibición, fue considerada un paso “clamoroso” y suscitó una ola de reacciones en todo el mundo.
“Las palabras del Papa se refieren de modo particular a un comportamiento gravemente desordenado como el de la prostitución”, recuerda la congregación, que estuvo dirigida por más de 20 años con mano de hierro por el actual papa cuando era el cardenal Joseph Ratzinger.
“Pensar que de las palabras de Benedicto XVI se pueda deducir que en algunos casos es legítimo recurrir al uso del preservativo para evitar embarazos no deseados es totalmente arbitrario”, recalca la nota.
“El Papa propone en cambio caminos que sean humana y éticamente viables, que los pastores han de potenciar más y mejor”, explica la entidad.
Caminos “que respeten el nexo inseparable del significado unitivo y procreador de cada actor conyugal”, subraya.
“El Papa no hablaba de la moral conyugal, ni tampoco de la norma moral sobre la anticoncepción”, recuerda la nota, que confirma nuevamente los principios de la encíclica de Pablo VI “Humanae Vitae” sobre ese tema.
La iglesia defiende el “recurso a métodos de regulación natural de la fertilidad”, reitera el texto.
Sobre el tema de la prostitución, el documento destaca que hay que poner en relieve que debido “a la actual difusión del sida, el problema de la prostitución es aún más dramático”.
“Quien es consciente de estar infectado con el virus VIH y que por tanto puede contagiar a otros, además del pecado grave contra el sexto mandamiento comete uno contra el quinto, porque conscientemente pone en serio peligro la vida de otra persona, con repercusiones también para la salud pública”, resalta el texto.
“El Santo Padre afirma claramente que los profilácticos no son una solución real y moral del problema del sida” y que la “mera fijación en el preservativo significa una banalización de la sexualidad”, concluye la nota.