Las inundaciones provocadas por las lluvias torrenciales del monzón han afectado una quinta parte del país desde hace tres semanas, barriendo pueblos enteros y anegando tierras fértiles. La catástrofe, la peor en la historia del país, ha matado hasta ahora a 1.600 personas, según la ONU.
Cerca de una semana después de haber pedido a la comunidad internacional 460 millones de dólares de ayuda para socorrer a los seis millones de damnificados más vulnerables, la ONU sólo había recibido este martes por la mañana el 35% de ese montante.
Japón anunció el envío de 10 millones de dólares más de ayuda de emergencia, «en respuesta a las inundaciones desastrosas causadas por lluvias torrenciales sin precedentes».
Austria ha triplicado su ayuda, elevándola a 35 millones de dólares en total. Será entregada a través de las agencias de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, y también, en el caso de las zonas más afectadas, por medio de la aviación militar australiana.
Turquía ha duplicado su ayuda a las víctimas de las inundaciones, elevándola a 10 millones de dólares.
Arabia Saudita ha reunido 20,5 millones de dólares el primer día de una campaña nacional de donaciones para los damnificados, anunció este martes la agencia de prensa estatal SPA.
Por su lado, Afganistán contribuirá con una ayuda de un millón de dólares.
El Banco Mundial se ha comprometido a liberar 900 millones de dólares para Pakistán, pero no ha precisado el calendario de entrega.
Las nuevas promesas de ayuda cubren sólo una parte de lo pedido por la ONU, cuyas agencias tienen dificultades para reunir el dinero necesario para socorrer a los alrededor de 20 millones de víctimas.
El lunes, Maurizio Giuliano, portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de la ONU, dijo temer una «segunda oleada de muertos» entre las víctimas, si no llegan más donaciones internacionales, destacando que 3,5 millones de niños están amenazados por enfermedades transmitidas por el agua.
El portavoz añadió que la Organización Mundial de la Salud (OMS) se prepara a ayudar a decenas de miles de personas si aparecen brotes de cólera.
Además del «déficit de imagen» del país, «claramente asociado al terrorismo y a la corrupción», según el director general de Médicos Sin Fronteras en París, Filipe Ribeiro, la lentitud de la movilización internacional se explica, según expertos, por el esfuerzo hecho cuando el sismo de Haití el pasado enero, donde se cubrió en menos de un mes el 90% de ayuda solicitada.
Mientras tanto, los paquistaníes afectados por las riadas intentaban sobrevivir en sus tiendas de campañas o en refugios construidos a lo largo de las carreteras, criticando muchos de ellos la inacción del gobierno.
Centenares de personas manifestaron el lunes en la principal carretera que une la provincia central de Punyab con la capital económica Karachi (sur), bloqueando el tráfico durante más de una hora para reclamar ayuda.
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