Los usuarios de los supermercados denuncian que el tiempo de espera para volver a adquirir productos regulados es muy prolongado. La “preferencia” por algunos empleados públicos, familiares y amigos de los trabajadores de los locales también generan malestar a quienes forman las colas de al menos tres horas bajo el sol.
Néstor López, pensionado de 65 años, afirma que debió hacer una cola de aproximadamente tres horas para comprar dos paquete de toallas de papel, que dejó en la caja, pues debía adquirir al menos 10 artículos más.
López asegura que los «bachaqueros» y empleados públicos no enfrentan las mismas trabas. “Los captahuellas solamente funcionan para los que no ‘bachaquean’. Los ‘bachaqueros’ se llevan todo igualito, con o sin captahuellas, con cédula y sin cédula”.
Una situación parecida vive Josefina Farías, empleada de mantenimiento de un preescolar. Sostiene que su familia, conformada por cinco personas, experimenta dificultades para administrar los productos que puede comprar cada nueve días.
Eran las 2.00 de la mañana cuando Farías llegó al abasto Bicentenario el miércoles. A las 4.00 de la tarde logró entrar al supermercado, sin embargo salió con las manos vacías. El viernes pasado compró un paquete de arroz y dos kilos de harina y no puede volver a adquirir estos productos hasta la próxima semana.
Rosangel Marín, abogada, alega que la única manera de comprar sin tanto tiempo de espera es tener una “palanca” o trabajar para algún ente público: “Los de los supermercados, para mantener contentas a las señoras de los precios justos, dejan que saquen sin usar el captahuellas”.
“Será porque ellos tienen pistola y uniforme”, ironiza Jean Carlos Gil, comerciante de 28 años, al referirse a los funcionarios policiales. “Yo he visto policías con cinco, seis jabones, hasta cajas, cuando es uno por persona. Si yo tengo el derecho a uno solo, ellos también. No le veo la lógica”.
Voces
«Los captahuellas no funcionan. Siempre hay corrupción, yo cumplo los días que ellos dicen para volver a comprar, hago la cola de tres horas y me devuelven”
Iraida Fuenmayor
Ama de casa
«Estoy acá desde las 7.00 de la mañana, soy diabética y discapacitada. Sólo dos cajas funcionan, yo de verdad sólo hago la cola por el hambre, porque sino no la hiciera”
Ángela Villalobos
Pensionada