Muchos charcos y abrevaderos del parque, que dependen del suministro mediante bombeo de agua, se han secado, lo que ha causado un “índice de muerte alarmante” entre la población de elefantes, especialmente entre ejemplares de animales jóvenes y viejos.
Zimbabue padece una ola de calor desde octubre y los paquidermos están sufriendo las consecuencias, pues cada animal adulto consume entre 200 y 400 litros de agua al día.
“Hemos recibido unas cuantas quejas sobre la muerte de animales cerca de charcos, y los elefantes son los más afectados”, dijo a Efe Johnny Rodrigues, portavoz del grupo ecologista zimbabuense Zimbabwe Conservation Task Force (ZCTF).
Según Rodrigues, los vigilantes del parque “o no han mantenido las bombas de agua o no tienen combustible, y las pocas que funcionan no son suficientes”.
La situación se agrava, además, porque en esta época del año manadas de elefantes emigran a Zimbabue desde la vecina y seca Botsuana.
Los elefantes de Botsuana sólo retornan a sus territorios cuando empieza a caer las lluvias de verano a finales de noviembre y diciembre.