La Autoridad de Seguridad Nuclear (ASN) dio por “terminado” el accidente en el centro de tratamiento de desechos de baja actividad (Centraco), en un comunicado difundido hacia las 16H00 (14H00 GMT), en el cual precisa que “no plantea problema radiológico ni de acción de protección de la población”.
Los cuatro heridos, uno de ellos muy grave, “no están contaminados y las mediciones realizadas en el exterior del edificio por la empresa y los servicios públicos de los bomberos especializados no mostraron ninguna contaminación”, subrayó el comunicado de la ASN.
La ASN indicó que realizará inspecciones, en relación con la Inspección del trabajo, para analizar las causas del accidente.
En un primer momento, bomberos y autoridades locales habían indicado que la explosión generaba un riesgo de fuga radiactiva pero luego la ASN y la empresa pública de electricidad EDF -cuya filial Socodei explota Centraco- indicaron que el accidente “no provocó escapes” radiactivos o químicos fuera de las instalaciones.
“Según las informaciones preliminares se trató de una explosión en un horno que sirve para fundir los desechos radiactivos metálicos de baja o muy baja actividad”, indicó la ASN, que activó su centro de emergencias poco después del mediodía local y anunció el envío de “inspectores” a la planta.
“Un primer balance dio cuenta de un muerto y cuatro heridos, uno de ellos grave”, indicó la ASN en un comunicado difundido tras el accidente, que según la prensa local se produjo a las 11H45 locales (09H45 GMT).
El ministerio francés del Interior afirmó que no hizo falta aplicar ninguna “medida de evacuación o confinamiento” de los empleados de la instalación en el complejo nuclear de Marcoule.
Centraco está ubicado en la comuna de Codolet y depende de la planta nuclear de Marcoule, en el departamento francés del Gard.
Poco después del accidente, un portavoz de EDF aseguró a la AFP que fue un “accidente industrial. No es un accidente nuclear”.
Precisó que “en esos hornos, hay dos tipos de desechos: los desechos metálicos (válvulas, herramientas, etc) y los desechos combustibles (guantes o monos de trabajo de los técnicos)”.
Olivier Isnard, experto interrogado por la AFP, indicó que la radiactividad contenida en el horno en cuestión era “muy, muy baja” de “67.000 becquereles”, es decir menos de 17 becquereles por kilogramo, precisó antes de aclarar que “no tiene la más mínima comparación con el contenido de un reactor”.
Francia obtiene el 75% de la electricidad que consume de los 58 reactores distribuidos en 19 plantas nucleares.
La organización ecologista Greenpeace reclamó a las autoridades franceses “total e inmediata transparencia” sobre lo ocurrido en la planta de Centraco.
El responsable de Greenpeace en Francia, Yannick Rousselet, indicó que esa planta no está en la lista de “auditorías de las instalaciones nucleares solicitadas por el gobierno ni en las últimas inspecciones de la Autoridad de Seguridad Nuclear”.
“Esto muestra una vez más que Francia no aprendió la lección de Fukushima”, sostuvo Greenpeace en un comunicado el lunes, cuando se cumplen seis meses del accidente de la central nuclear japonesa.
“No debemos perder nuestro sentido de la urgencia”, declaró el presidente de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), Yukiya Amano, al abrir horas antes en Viena una reunión de gobernadores en la que instó a los países a no bajar la guardia en materia de seguridad nuclear.