Omar Vizquel es sinónimo de historia, de grandeza. Cada suspiro, movimiento y acción que realiza se convierte en un logro en el beisbol élite mundial, y ayer, en su primer partido y turno de su temporada 23 en las Grandes Ligas dio otro paso hacia Cooperstown y su sitial en el Salón de la Fama.
El 11 veces ganador del Guante de Oro superó los 2.800 hits en las mayores -apenas el pelotero 47 que lo consigue-, y jugó su partido 2.851, quedando en solitario en el puesto 15 de la lista de todos los tiempos en el Progressive Field de Cleveland, ciudad que lo vio crecer como pelotero y convertirse en la estrella venezolana que más brilla en el cielo estadounidense.
«Es un logro muy emotivo. Este hit es muy especial para mí porque lo di aquí, en el Progressive Field, el estadio que me vio crecer y convertirme en lo que soy ahora», dijo ayer el criollo con más imparables en la gran carpa tras el revés de su equipo, los Medias Blancas de Chicago, 7-1 ante los Indios de Cleveland.
Lo hecho ayer por Vizquel sólo demuestra que el beisbol es un deporte perfecto, una novela escrita por los dioses. Y es que fue a los Indios al equipo que el venezolano rindió más tributo con sus jugadas espectaculares en el campocorto.
Nunca Vizquel brilló más que en Cleveland, donde fue campeón de la Americana en 1995 y 1997 y ganó seis veces el banderín de la División Central.
El ahora utility de los patiblancos jugó 11 campañas con los aborígenes (de 1994 a 2004), colocando en sus vitrinas ocho de los 11 Guantes de Oro que ha ganado en su longeva carrera. Además, las tres invitaciones que tuvo al Juego de Estrellas se dieron mientras usó la indumentaria de los Indios (1998, 1999 y 2002).
Sin duda, Vizquel le entregó su alma a Cleveland y ayer le tocó a Cleveland premiarlo con un sonoro aplauso, ese que pareció un «gracias» por tantos años de éxitos.
«Me gustó haber dado el hit en mi primer turno porque tengo que aprovechar cada oportunidad que me den», agregó quien ayer fungió como el tercera base de la tropa de Oswaldo Guillén. «Fue increíble». Poco después, en el quinto, ligó su segundo imparable del cotejo (2.801).
Convertirse en el tercer pelotero activo que supera los 2.800 incogibles-uniéndose a Derek Jeter (2.928) e Iván Rodríguez (2.817)- no fue lo único que hizo ayer el caraqueño.
Vizquel desplazó a Craig Biggio de la lista histórica de juegos disputados. Sí, a ese que jugó durante toda su carrera con los Astros de Houston (1988-2007) y dio 3.060 indiscutibles en las Grandes Ligas.
«Si me hubieran dicho cuando comencé que iba a llegar a jugar esta cantidad de encuentros no lo hubiera creído», expresó quien se fue de 3-2 con una carrera anotada en la jornada dominical.
«Es una satisfacción muy grande seguir jugando a este nivel, y que me tomen en cuenta para hacerlo».
Ser el campocorto con más dobleplays en la historia, tener el segundo mejor porcentaje de fildeo en la posición (0.9846) y ser el tercer shortstop con más asistencias son sólo algunos de sus éxitos.
No obstante, Vizquel ya tiene otras marcas en la mira.
El criollo está a 11 imparables de igualar a George Sisler en la casilla 46 de todos los tiempos, y a 16 de hacer lo propio con el receptor de los Nacionales de Washington, Iván Rodríguez, dueño del puesto 45 y quien también parece tener un pie en el Salón de la Fama.
En cuanto a encuentros disputados está a sólo 5 de alcanzar a Robin Yount en el decimocuarto lugar.
Sin duda, Omar Vizquel es sinónimo de récords, esos que lo harán inmortal en Cooperstown, tarde o temprano.