La portavoz del Departamento de Conservación neozelandés, Trish Grant, dijo que un grupo de 45 cetáceos estaba atrapado en la remota playa de Farewell Spit, mientras que otras 21 vararon en un banco de arena frente a la playa de Golden Bay de donde consiguieron escapar durante la noche con la subida del agua.
Grant dijo que de las 82 ballenas que quedaron varadas el viernes 14 habían muerto.
Varios funcionarios y voluntarios trabajan contra el reloj para que los mamíferos se mantengan fríos en la superficie, y el domingo se intentará reflotarlos aprovechando la marea.
En 2005, en la misma playa de Golden Bay fueron rescatadas con vida más de cien ballenas que también habían quedado varadas.
Sucesos como éste son cada vez más habituales en los últimos años en las gélidas aguas del sur de Australia y Nueva Zelanda.
Los científicos desconocen la razón por la que algunas especies de cetáceos terminan en el litoral, y barajan la posibilidad de que acuden atraídas por los sonares de grandes buques o siguen a un cabeza de grupo desorientado por enfermedad. EFE