Un estudio revele que las mutaciones del COVID-19 podrían hacerlo aún más mortífero. Investigadores de Pekín y Shanghái afirman haber detectado inusuales mutaciones del 2019-nCoV, lo cual podría indicar que el coronavirus se está volviendo más adaptable y, por lo tanto, más peligroso.
Los virus empiezan a evolucionar después de que el sistema inmunológico del organismo huésped —incluidos los humanos— se adapta a la infección y comienza a bloquearla cuando esta intenta de nuevo sujetarse a sus células.
Algunas de estas mutaciones, las denominadas sinónimas o silenciosas, son menores y no tienen casi ningún efecto, pero las no sinónimas afectan el aminoácido y generan cambios en la secuencia de la proteína.
Científicos autores del más reciente estudio que ha sido publicado en la revista National Science Review indican que entre el 30 de diciembre de 2019 y finales de enero de 2020 se detectaron un total de 17 mutaciones no sinónimas del coronavirus, lo que podría significar que el 2019-nCoV se está haciendo más adaptable.
La sorpresa fue que parte de estas mutaciones fueron encontradas entre los miembros de un mismo grupo familiar (clúster) que habita en la provincia de Cantón, en el sur de China. Por lo tanto, los investigadores suponen que la evolución viral puede haber ocurrido durante la transmisión de humano a humano.
No obstante, los científicos admiten que por el momento no han observado ningún cambio funcional en el 2019-nCoV y que sus hallazgos no son suficientes para confirmar su evolución adaptativa. «Por lo tanto, se necesita una estrecha supervisión de la mutación, evolución y adaptación del virus», concluyen los autores del estudio de las mutaciones del COVID-19