Estimó que 35% de la población venezolana entre 20 y 40 años de edad es hipertensa, pero de cada 35 personas sólo 17 o 18 tienen un conocimiento real de lo que están padeciendo. El resto lo ignora y ese es el grupo que está más expuesto a sufrir problemas derivados de esta enfermedad, al no ser tratados ni seguir ninguna medida terapéutica.
La hipertensión arterial es una enfermedad que se diagnostica cuando la persona tiene cifras de presión superiores o iguales a 140 o 90 milímetros de mercurio, y si no se controla adecuadamente, puede desencadenar complicaciones severas como un infarto al miocardio, accidentes cerebro vasculares y otras patologías.
Pero más allá de ser un mal que se define a partir de esa medida, y de pensar que es una cuestión sólo de números, se trata de un “asesino silencioso”, porque no da síntomas y oculta muchas cosas detrás de ella, como daños del cerebro, el corazón, los riñones y las arterias del organismo, sostiene el doctor Diez.
Hábitos de vida
El experto en medicina cardiovascular sostuvo que la hipertensión se ve facilitada por los malos hábitos de vida. La obesidad, el sedentarismo, la ingesta de alimentos inadecuados, el tabaquismo, el colesterol y los triglicéridos altos, el estrés y el consumo excesivo de licor son algunos de los factores que contribuyen a la aparición de esta enfermedad, además de los componentes hereditarios.
De allí, y a propósito de celebrarse hoy el Día Mundial de la Hipertensión, recalcó la importancia de concientizar a la población acerca de la necesidad de medirse la presión regularmente. “La manera de encarar este mal es ponerse en manos del médico y seguir sus instrucciones, pero más allá de eso hay que cambiar de estilo de vida”.
Javier Diez dijo que el hipertenso no tiene que ceñirse sólo a lo que le da el médico en pastillas, sino también comprometerse a hacer el sacrificio todos los días de cambiar su alimentación para evitar el sobrepeso, dejar de fumar y hacer ejercicios, porque sólo así las medicinas tendrán efecto.
Igor Morr, ex presidente de la Fundación Venezolana del Corazón, señaló que el aspecto que suele verse más afectado, hoy en día, es el de la alimentación. Quienes no siguen una dieta balanceada, llevan una vida sedentaria y tienen obesidad, son más propensos a presentar arritmia e hipertensión arterial. De inmediato hay que buscar ayuda médica porque este mal puede convertirse en una dolencia crónica.
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