La actualidad manda y en el mundo de la informática personal los primeros meses del año han estado marcados por la llegada al mercado de Windows 7, el nuevo sistema operativo de Microsoft en el que mucha gente ha depositado grandes esperanzas tras la decepción de Vista.
El nuevo sistema operativo se ha optimizado bastante. En general funciona mejor que su antecesor con menos hardware, ofrece una experiencia de uso más estable, y la sensación del usuario es que «aquello funciona con más fluidez». De todas formas, aunque visualmente se asemeja mucho al anterior Windows Vista, Microsoft ha introducido importantes mejoras en la interfaz de usuario y de paso ha aprovechado para pulir determinadas herramientas, añadir otras nuevas, y ampliar las posibilidades de su sistema. En definitiva, algo imprescindible si Windows quería mantener su supremacía sobre el cada vez más atractivo Mac OS X de Apple o el pujante Linux en distribuciones de escritorio como Ubuntu o Fedora.
Y lo cierto es que posibilidades no le faltan. Parece que los de Redmond han aprendido de sus errores y, aunque las aplicaciones en la Nube son ya una realidad y muchos usuarios cada vez dependen menos de un sistema operativo concreto para realizar sus tareas diarias, Windows sigue teniendo la última palabra en el mercado de la informática personal.
Con el tiempo veremos si Windows 7 termina por conquistar a los usuarios como lo hizo XP. Pero ahora que hemos superado la fase de presentación y de toma de contacto, lo que toca es bucear hasta el fondo en Windows 7 y comenzar a descubrir algunas de las nuevas funciones que incorpora. Muchas de ellas simplemente están ocultas para el usuario con menos conocimientos, mientras que otras se encuentran más a la vista, aunque quizá en un primer momento no se nos ocurre probarlas por desconocimiento o miedo a sus consecuencias.
Es por ello que en el Laboratorio de PC ACTUAL nos hemos pasado semanas trabajando a fondo con el nuevo sistema operativo, rebuscando en su interfaz y probando sus opciones para sacar a la luz algunas de las mejores funciones del entorno.
Eso sí, para que os resulten más fáciles de leer y seguir, las hemos categorizado en cuatro grandes apartados: optimización y personalización de la interfaz de usuario, sistema de red y comunicaciones, administración y gestión del sistema y, por último, un apartado dedicado exclusivamente a la vertiente del entrenimiento.
En líneas generales, la práctica mayoría de los trucos e ideas que encontraréis en este Especial están al alcance de usuarios con conocimientos bajos y medios, siendo quizá las más complejas las que implican modificar el Registro del sistema, que siempre hay que tocar con cuidado de no borrar o cambiar nada que no debamos.
Es por ello que los usuarios menos avanzados no deben tener miedo. El nuevo Windows 7 es mucho más fácil y robusto que versiones anteriores, y pone a su alcance una larga lista de capacidades que requieren unos mínimos conocimientos del sistema. Un ejemplo claro lo tenemos en el apartado de comunicaciones, donde acciones como conectarnos a una red, aplicar un cierto grado de seguridad al equipo o crear una red doméstica donde compartamos archivos, música o impresoras es tan simple como hacer unos pocos clics.
Lo mismo ocurre con la nueva interfaz, repleta de opciones para personalizarla al gusto de cada usuario y con muchos detalles que aceleran el trabajo al máximo, sobre todo si trabajamos con múltiples ventanas abiertas. Esperamos que disfrutéis los trucos tanto como nosotros recopilándolos y os ayuden a mejorar vuestra experiencia de uso.