Aproveche para tomar el sol únicamente a las horas en las que es menos fuerte, es decir hasta las 10:00 de la mañana y después de las cuatro de la tarde. Recuerde que el sol que recibimos de 12:00 de mediodía a 4:00 de la tarde es mucho más fuerte, y por ende más perjudicial para nuestra piel.
Cuando nos exponemos mucho tiempo a los rayos del sol, nuestra piel se deshidrata. Por ello, es necesario beber abundante agua para mantener hidratada nuestra piel y todo nuestro organismo. También es aconsejable que, antes de salir de tu hogar y al regresar, apliques en tu piel una crema humectante. De esta forma tu piel mantendrá el nivel de líquido que necesita para verse sana y joven.
Utilice sombreros de ala ancha y lentes oscuros para proteger la piel de su cara. Todos días, y especialmente aquellos en los que vaya a estar expuesto directamente a la luz del sol, utilice un protector solar con un factor UV adecuado que le proteja de los rayos ultravioletas.
Tenga en cuenta que muchos perfumes y cosméticos tienen elementos fototóxicos, entonces cuando vaya a exponerse directamente al sol, hágalo con la piel libre de estas sustancias y utilice únicamente el protector solar con el factor de protección que requiera su piel.Mientras esté expuesto directamente a la luz solar, consuma suficiente agua para evitar la deshidratación.
Ten en cuenta que si no cuidas tu piel del sol, a pesar de que ahora luzca bronceada y bonita, corres el riesgo de que, con el pasar de los años, comiencen a aparecer arrugas, manchas y otras dolencias en la piel. Además, estarás evitando su envejecimiento prematuro, algo que ninguna mujer (ni hombre) desea.
Si su piel es grasosa debe utilizar protectores solares a base de geles, porque si son muy cremosas pueden generarle un brote en la piel. Y si la tiene seca debe usar protectores solares muy cremosos.
Por último, descansa correctamente. No sólo porque las vacaciones son ideales para dormir más de lo común sino también porque, mientras descansas, la piel se oxigena y se recupera.