“La escena es trágica. En la carrtera hay coches destruidos, al menos una decena (…) Y debajo hay unos 30 cuerpos cubiertos con sábanas blancas alineados en la carretera provincial”, contó el fotógrafo Cesare Abbate.
Este balance no se pudo confirmar de fuente oficial. Medios de comunicación italianos seguían evocando un balance de siete muertos y decenas de heridos, que se iba a agravar.
A preguntas de la AFP, un portavoz policial repitió que los servicios de rescate “seguían sacando gente del vehículo”. “Nuestra prioridad es rescatar a los heridos”, dijo.
Añadió que la autopista Nápoles-Bari estaba cerrada por el accidente.
El autocar, que circulaba a gran velocidad, embistió a varios coches antes de volar literalmente desde un puente de la carretera y aplastarse unos 30 metros más abajo. En la caída, varios pasajeros salieron despedidos del vehículo.
El chófer del autocar figura entre los fallecidos y varios niños sufrieron heridas, indicaron los diarios La Repubblica e Il Corriere della Sera.
Los alrededor de 40 pasajeros del autocar, todos oriundos de la provincia de Nápoles,regresaban de una peregrinación a Padre Pío, muy venerado en el sur de Italia, y se dirigían a Nápoles.
Según testigos, el autocar pudo tener problemas de frenos. Periodistas locales evocaban otras hipótesis, como una cabezada del chófer o un pinchazo.