¿Trabajas frente a una pantalla? Tal vez sufres del Síndrome Visual Informático, Tips para superarlo.
Estudios actuales comprueban que es improbable que el uso de pantallas de computadoras ocasionen cambios o daños permanentes en los ojos o en el sistema visual. Sin embargo en la medida en que las computadoras son una parte de nuestra vida cotidiana, cada vez más personas experimentan una variedad de síntomas oculares relacionados con el uso de estas pantallas. Fatiga ocular, ojos cansados, irritación, enrojecimiento, visión borrosa y visión doble…
Las estadísticas son claras: si pasas más de 2 horas al día frente a una pantalla, tienes un 90% de probabilidades de desarrollar lo que se conoce como Síndrome Visual Informático. Y el no tener una correcta visión puede hacer que disminuya hasta en un 20% la productividad del trabajador. En general, puede decirse que mirar y trabajar con una computadora no puede causar un daño ocular permanente, sino solo algunos problemas irritantes, como la tensión ocular y los ojos secos.
Cómo saber si padeces este síndrome
Existen multitud de síntomas, molestias y daños oculares y visuales asociados al uso continuado o inadecuado de computadoras. En la mayoría de los casos, estas molestias se producen porque la demanda visual de la tarea supera las habilidades visuales del usuario para poder realizarla de manera confortable. El grado en que las personas experimentan estos síntomas depende, por tanto, del nivel de sus habilidades visuales y de la cantidad de tiempo dedicado a mirar una pantalla. Si tienes problemas de visión no corregidos (como hipermetropía y astigmatismo) o simplemente te vas haciendo mayor y empiezas a padecer presbicia, tus probabilidades de desarrollar problemas cuando miras la pantalla de una computadora o dispositivo digital son mayores. Los síntomas más comunes son la irritación ocular, la fatiga visual, la visión borrosa, la sequedad ocular y el dolor de cabeza, cuello y hombros. La mayoría de estos síntomas pueden desaparecer una vez dejamos de usar la computadora, pero en algunos casos pueden persistir aún después. Alicia Escuer, directora técnica y de formación de Óptica Universitaria, apunta que dichos efectos pueden contrarrestarse “con el uso de lentes que ayuden a relajar el sobreesfuerzo que supone un enfoque continuado en las pantallas digitales y/o con la aplicación de filtros que atenúan parte de la luz azul que emiten las mismas”.
Consejos para hacer frente a este problema:
- Sigue la regla del 20-20-20: Apartar la mirada durante 20 segundos, cada 20 minutos enfocando a una distancia de 20 pies (6 metros).
- Parpadea con regularidad para evitar la sequedad. Cuando centramos la atención en una pantalla normalmente parpadeamos con menos frecuencia y realizamos un mayor número de parpadeos incompletos.
- Hazte una revisión optométrica para comprobar si necesitas alguna lente que ayude a relajar el esfuerzo visual continuado.
- Ajusta la resolución y el contraste del monitor. Cuanta mayor sea la resolución de la pantalla habrá un mayor confort visual.
- El brillo del monitor no debe ser ni demasiado intenso ni demasiado tenue. Además, es básico mantenerlo libre de polvo y huellas, ya que pueden reducir la claridad.
- Evita los deslumbramientos y reflejos en la superficie de la pantalla. Es aconsejable eliminar las fuentes de luz que se encuentren en la zona periférica y posicionar el monitor perpendicular a las ventanas o a otras fuentes de iluminación.
- Si llevas gafas o lentillas, asegúrate de que tienen la graduación actualizada y son apropiadas para tu distancia de trabajo.
- Comprueba la humedad. Para evitar la sequedad ocular evita corrientes de aire o habitaciones con exceso de calefacción y mantente hidratado.
- Cuando uses portátiles o tablets, siempre que sea posible, coloca el portátil o tableta más alto que las rodillas y utiliza una funda que se doble y sirva de apoyo a la tablet.
- Cuando uses el smartphone, recuerda sujetarlo de forma relajada, con los pulgares colocados ligeramente sobre el teclado. Evita utilizar una sola mano.