Aunque mi encuentro con el doctor José Toro Hardy tenía como finalidad intercambiar ideas de manera informal sobre mi proyecto periodístico #RelatosIntimos #HombresDeAltura, el tema relacionado con la profunda crisis económica que estamos padeciendo los venezolanos fue el eje central de gran parte del tiempo que compartí con él. Fue inevitable no ahondar sobre su visión de la situación del país.
Nuestra conversación comenzó con un diagnóstico sobre la economía nacional. La hiperinflación que agobia los bolsillos de los venezolanos fue el foco de su primera reflexión. “En mayo la inflación alcanzó 110%. Las proyecciones para final de año son catastróficas. Si se llega a una inflación mensual del 80%, cerraremos 2018 con 100.000%; con un 85% de inflación, estaremos en 160.000% a final de año, y con un 100% remontaremos el 460.000% al cierre de 2018”.
Sobre la industria petrolera, el economista asegura que va en caída libre. Al 15 de junio, la exportación bajó en 365 mil barriles diarios, lo que hace prever que en ese mes hubo una disminución estrepitosa en la producción petrolera. Según el último informe de la OPEP, Venezuela estaba produciendo 1.395.000 barriles diarios, de acuerdo con datos de fuentes secundarias compilados por la organización.
“Existen 82 tanqueros fondeados en las costas venezolanas, porque si salen podrían ser embargados a causa de la demanda de Conoco. La producción se está almacenando y la capacidad de almacenamiento de crudo en la región oriental llegó al tope y pronto en el occidente tampoco se podrá seguir almacenando”, advierte Toro Hardy.
– ¿Alguna vez se imaginó que Pdvsa y el sector petrolero llegarían a este nivel de destrucción?
– No, para mí era inimaginable, porque Pdvsa en la década de los 90 estaba en los primeros lugares del ranking mundial de las empresas petroleras más importantes del mundo, a la par con ExxonMobil, Shell, Conoco, British Petroleum. Para recuperar a la industria petrolera venezolana se necesita una inversión por año de $15 mil millones a $20 mil millones durante los próximos 10 años. Inevitablemente se requiere de capital privado para recuperarla.
Prosigue su análisis y advierte que estamos viviendo una crisis económica perversa. Si continúa la caída en la producción petrolera y a final de año se ubica por debajo del millón de barriles diarios, Venezuela entraría formalmente en una situación de colapso.
Precisa que somos un caso único en el Hemisferio Occidental y que nunca antes se había sometido a algún otro gobierno a un aislamiento internacional tan férreo. Y lanzó esta afirmación: “Ahora sí estamos en el final de esta tragedia”. Compara la coyuntura actual con un avión que en pleno vuelo se queda sin combustible: “Por un tiempo el piloto puede maniobrar, pero la aeronave igual va a caer. Lo que no sabemos es si se va a estrellar, si habrá un aterrizaje forzoso o si va amerizar.
– ¿Cómo se puede recuperar a Venezuela?
– El cambio de gobierno es una condición indispensable, pero no suficiente. La recuperación dependerá en buena medida de la calidad de las políticas públicas que se adopten después.
– ¿Maneja información sobre reuniones entre representantes de sectores importantes del país que estén proponiendo planes para la recuperación del país?
– Yo creo que sí hay muchas conversaciones, hay muchas personas muy preocupadas por la situación, y existen también muchos estudios sobre qué hacer. Algunos dirigentes políticos están comenzando a ponerse de acuerdo, no sobre quién será el líder de la unidad, sino en cuáles son los programas que hay que aplicar. En ese sentido, creo que vamos bien encaminados. Venezuela va a recibir un gran apoyo internacional. Ahora bien, el país ofrecerá buenas oportunidades para los más preparados y después en la medida que se vaya avanzando, se darán oportunidades para todos.
– ¿Cuánto tiempo tardará la recuperación?
– Si las políticas públicas son efectivas y tienen apoyo social, hay un potencial de recuperación importante; si las políticas públicas no son buenas y se presentan divisiones sociales y hay odio, el país puede no recuperarse nunca. Estamos entre esos dos extremos.
– El país tiene que recuperarse en todos los sentidos: en lo social, en lo económico y en lo político. Según su visión, ¿cuál área es la prioritaria?
– Todas van de la mano, pero si no hay un acuerdo político, es muy difícil que las demás funcionen. La profundidad de la crisis va a ayudar a esto.
– Estamos hablando de que es importante llegar a un consenso, debe firmarse un acuerdo político, incluyendo a los chavistas.
– Sí, incluyendo a los chavistas, por supuesto. La sociedad tiene que reconciliarse de alguna manera, y yo creo que eso pasa por dejar a un lado las diferencias y entender que tenemos que seguir adelante. La comunidad internacional también va a ayudar mucho en eso. Ahora, ¿en cuánto tiempo? No lo sé. Se le ha hecho demasiado daño a la economía y a la sociedad venezolana. Se le ha hecho un daño tremendo a la estructura moral y de valores de los venezolanos, y eso es lo más complejo de todo. Pero yo quiero ser optimista y estoy convencido de que esto se está acabando. La crisis social es desgarradora. La crisis económica es brutal: la industria petrolera, el sector productivo, la agricultura, todo está destruido. El desequilibrio es inimaginable. Veamos este ejemplo: con lo que cuesta hoy un cartón de huevos (al momento de escribir la entrevista su precio era Bs 4 millones) se pueden comprar 100 gandolas cargadas de gasolina. Es una locura. Esto no pasa en ningún lugar del mundo.
– Lo que considero dramático y preocupante es que se percibe una inacción desesperante de parte de la dirigencia política. Existe un vacío de liderazgo para salir de la crisis.
– La Historia no admite vacíos y ya surgirá un liderazgo nuevo, otras caras que asuman el compromiso de llevar las riendas de los cambios que requiere el país.
– ¿Usted piensa emigrar?
– No
– ¿Por qué?
– Básicamente porque quiero que se vayan ellos (refiriéndose a quienes hoy ostentan el poder político en Venezuela). ¿Por qué me tengo que ir yo? Haré lo que esté a mi alcance, porque siento la obligación de devolverle el país a mis hijos y a su generación, que ha tenido que irse buscando futuro, porque aquí les robaron el futuro. A lo mejor me siento corresponsable de haber permitido que a ellos le robaran el futuro, y estoy en deuda.
fuente.https://tbaute.wordpress.com