El fan, de 31 años, saltó el domingo al green en el séptimo hoyo y lanzó el «hot dog» en dirección al jugador estadounidense de 35 años, ex número uno mundial y que atraviesa una prolongada crisis personal y de juego.
«Oí los gritos de la gente de seguridad y cuando me di la vuelta, vi que algo volaba hacia mí», dijo Woods en San Martin, donde terminó en el puesto trigésimo con 277 golpes, lejos de sus compatriotas Bryce Molder y Briny Baird, que disputaron el desempate más largo de la temporada.
En el sexto hoyo extra, ganó Molder y se embolsó así 900.000 dólares por su primer triunfo en el tour estadounidense.
Woods se tomó el ataque con humor. «Estaba concentrado en mi putt y no me di cuenta de lo que pasaba. Creo que el tipo sólo quería salir en las noticias y creo que lo ha conseguido. No me sentí en peligro», dijo el estadounidense.
«Fue extraño», afirmó Rod Pampling, que en ese momento jugaba con Woods. «El tipo vino corriendo con un ‘hot dog’ en la mano e inmediatamente después estaba ya con los brazos pegados a la espalda gracias a la policía», agregó.