Pero sí, eran ellos: John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr con sus melenas al viento, embutidos en sus gruesos abrigos y entregados, como siempre, a sus instrumentos musicales.
Fueron 42 minutos de puro rock interrumpidos por agentes de Scotland Yard, que accedieron a la azotea y ordenaron detener el concierto, mientras el caos se apoderaba de Saville Row
Tras varios proyectos infructuosos, los Beatles, que llevaban años sin salir de gira y se hallaban inmersos en agrias disputas personales, acordaron tocar en el tejado de Apple Records.
Agencias