Las autoridades no decretado la alerta de tsunami, ni han informado de daños personales
Un fuerte terremoto de 6,6 grados de magnitud en la escala abierta de Ritcher sacudió este jueves la prefectura nipona de Tottori (oeste de Japón) sin que se activara la alerta de tsunami, según informó la Agencia Meteorológica nipona (JMA).
Las autoridades de la región no han informado de daños personales ni materiales significativos, aunque sí hubo interrupciones en el servicio de trenes de alta velocidad (Shinkansen) que conecta las ciudades de Hakata y Osaka.
El seísmo se produjo a las 14.07 hora local (05.07 GMT) y tuvo su hipocentro a 10 kilómetros de profundidad en el centro de la prefectura de Tottori, al oeste de la isla de Honshu —la mayor del archipiélago nipón— y a unos 650 kilómetros al sur de la capital nipona. El temblor se ha registrado después de otro de intensidad menor, de 4,2 grados, a las 12.12 hora local (03.12 GMT) en la misma prefectura.
El seísmo ha alcanzado el nivel 6 inferior en la escala japonesa cerrada de 7 grados (centrada en las zonas afectadas más que en la intensidad del temblor) en Tottori, y el nivel 5 en las colindantes Okayama y Shimane.
El pasado abril, dos terremotos de magnitudes 6,4 y 7,3 en la escala de Richter causaron al menos 35 muertos. Fue entonces la primera vez que un terremoto alcanzaba el nivel 7 en la escala nipona desde el potente seísmo del 11 de marzo de 2011 que generó un devastador tsunami que barrió la costa del nordeste nipón y provocó en Fukushima la peor crisis nuclear desde Chernóbil.
En Kioto y Osaka, dos de las mayores ciudades del país y también en su parte occidental, el seísmo se dejó notar con una intensidad del nivel 4 en la escala nipona.
Por su parte, Shikoku Electric Power informó de que revisando la situación del reactor número 3 de la central nuclear de Ikata (suroeste), que fue reactivado a comienzos de agosto.
Japón se asienta sobre el llamado anillo de fuego, una de las zonas sísmicas más activas del mundo, y sufre terremotos con relativa frecuencia por lo que las infraestructuras están especialmente diseñadas para aguantar los temblores.
ElPais