En el estacionamiento de Conferry había una larga cola de vehículos. Las personas esperaban tener “suerte” para adquirir un boleto y regresar ayer mismo a sus casas.
Con tono jocoso, Tomás Vargas, quien desde las 6:30 a.m. llegó al terminal, rogándole a Dios conseguir boletos en cualquier horario de los ferrys, comentó que “No lo compramos a tiempo porque no sabíamos cuándo retornábamos a nuestra ciudad”.
Juan Camejo viajaba con su esposa hacia El Tigre. A diferencia de Vargas, sí compró sus pasajes para el horario de las ocho de la noche. “Estoy aquí para ver si logro irme en el de las 12 del mediodía”.
En Naviarca aún había disponibilidad de boletos, según dijo la gerente, Amali Rassi.
En los pasillos del terminal aéreo había mucha movilización tanto de entrada como salida. Empleados de aerolíneas dijeron que la mayoría eran rezagados. MP
El sol de Margarita