La empresaria señaló a Efe que su proyecto se inspira directamente de los “Pink ladies cab” (“taxi rosa para mujeres”) que circulan en Londres desde 2006, y aseguró que “hay un mercado potencial” para el público femenino en la capital francesa, que busca mayor “seguridad y confort”.
En total son ya más de una decena las ciudades que cuentan con taxis de uso exclusivo para mujeres, entre ellas Bogotá, Medellín, Dubai, o las localidades de Mtabybel (Líbano), Puebla (México) o en la capital de la república musulmana rusa de Tatarstán, Kazán, donde éstos ciñen sus servicios a mujeres y a mahometanos ortodoxos.
En Francia, la cuestión de la seguridad “no es tan importante” como en otros países, reconoció Montagna, quien sin embargo decidió emprender su negocio después del asesinato de una sueca de 19 años en las afueras de París a manos de un taxista sin licencia.
Para poner el acento en la comodidad, los “Woman Cab” franceses incorporan pantalla LCD, enchufe para cargar el móvil o minibar para los abonados, entre otros atributos con los que la empresaria pretende fidelizar a su clientela.
Sus seis coches, similares a los típicos taxis londinenses, tienen previsto comenzar a trabajar en breve durante toda la madrugada, después de una primera etapa funcionando de día, para aprovecharse de la “penuria de taxis en la ciudad”, sobre todo por la noche.
A pesar de que el eslogan de la empresa es “el transporte en femenino”, Montagna dijo “no poder rechazar a los hombres” por que la legislación francesa sobre no discriminación de sexos lo impide.
Por ello, y aunque hasta ahora sólo un 15 por ciento de su clientela son varones, la propietaria de la empresa alegó que “muchos de ellos” quedan seducidos por las dimensiones de los vehículos, en los que pueden subirse hasta cinco pasajeros.
“Taxis ángel” en Ciudad de México, “Banet Taxi” en el Líbano son algunos de los nombres con los que se han bautizado esas iniciativas, que también se pueden encontrar en Tailandia.
En Kazán, la sexta ciudad más grande de Rusia, los taxis “Habib” son conducidos por chóferes profesionales creyentes musulmanes que, de acuerdo con las normas de la ley de la “sharia” (ley islámica), no toman alcohol ni fuman y, en vez de música, ofrecen al cliente grabaciones de versos del Corán.