Según publicó el diario británico Daily Mirror, el comportamiento de la artista generó el pronto rechazo del resto de las internas, quienes la insultan constantemente al no dejarlas dormir por las noches.
«Ella está con las asesinas y sólo la han dejado salir al patio durante una hora. En ese tiempo se escondió debajo de una mesa» , reveló Cheryl Presser, quien acaba de recuperar su libertad, en declaraciones que reproduce Europa Press.
«El viernes la encerraron bajo llave mientras muchas de nosotras tuvimos dos horas para ir al patio o visitar la sala de televisión», agregó la ex presidiaria. «Tuvo un ataque de histeria, llorando y gritando, así que la pusieron en un módulo de aislamiento», agregó.
Otra interna afirmó que el estado de ánimo de Lindsay se debía a que otras compañeras se habían burlado de ella. «Ella simplemente estaba sentada en su celda mirando fijamente al frente. A veces lloraba pero sobre todo estaba sentada sin hacer nada», explicó.
«Algunas de las internas de nuestro módulo, algunas de las más fuertes, le gritaban insultos. Lindsay no dijo nada y sólo empezó a llorar más fuerte», relató.
Cheryl Presser también aseguró que la protagonista de Chicas Malas se había ganado el odio de las demás presidiarias porque se pasaba las noches enteras llorando y eso no dejaba pegar ojo a las otras.
«Los módulos son fríos y apestan», declaró. «El aire acondicionado lo ponen tan fuerte que no puedes dormir por el frío. Las internas intentan tapar los conductos con papel higiénico para que el aire no salga, pero eso no funciona», concluyó.
En cambio, Lohan se pasa las noches «tiritando, llorando e intentando taparse la cara con las manos. Sus gemidos no dejaban a nadie dormir».