Contactado por la AFP, Sony no confirmó esta información.
En una mesa redonda hace varias semanas, el nuevo director general de Sony, Kazuo Hirai, ya anunció que cabía esperar este tipo de decisiones en un momento en que la multinacional registra unas pérdidas de 220.000 millones de yenes (más de 2.000 millones de euros) y tiene un déficit de explotación de 95.000 millones de yenes (unos 900 millones de euros) en el ejercicio cerrado el 31 de marzo.
La mitad de la pérdida de empleos tanto en Japón como en el extranjero se debe a la cesión de actividades, precisó Nikkei, y el resto a la necesidad de reducir gastos fijos.
Sony tenía 168.200 trabajadores a finales de marzo del 2011.
La multinacional japonesa sufrió duramente la crisis financiera internacional de 2008-2009, teniendo que suprimir más de 16.000 empleos en el mundo. Tras cerrar varias fábricas, recurrió a la terciarización de servicios.
Sus competidores y compatriotas Panasonic y Sharp también se han visto forzados a reestructurar las líneas de productos y modos de funcionamiento para adaptarse a un contexto cada vez más feroz, a un entorno económico degradado y a la revalorización de la moneda japonesa.
AVN