Skechers pagará 40 millones de dólares (unos 31,5 millones de euros) a los denunciantes, al no poder demostrar esos efectos beneficiosos y descubrirse que un estudio médico incluido en la campaña publicitaria había sido realizado por una persona casada con un directivo de la empresa.
Skechers, en contencioso con la Comisión Federal de Comercio de EE UU por su línea de zapatillas deportivas, promocionada por famosos como Kim Kardashian y Brooke Burke, niega las acusaciones y mantiene que su publicidad no es engañosa. De todos modos, según asegura, ha decidido pagar las indemnizaciones a los consumidores para detener un proceso judicial que podría acumular costes. “Aunque negamos con fuerza las alegaciones hechas en este proceso legal y esperábamos poder reivindicar nuestras posiciones en el tribunal, Skechers no podía ignorar los costes desorbitados y la interminable distracción de varios años que podían suponer múltiples procesos en múltiples tribunales en todo el país” indicó David Weinberg, directivo de la compañía.
Promesas infundadas
Para la Comisión Federal de Comercio, sin embargo, la promesa de producir músculo o reducir riesgos de enfermedades cardiacas con solo llevar las zapatillas era claramente engañosa. “Skechers se puso un pie en la boca al hacer afirmaciones no fundamentadas”, según David Vladeck, de la oficina de protección al consumidor de ese organismo.
Este acuerdo judicial llega después del acordado el pasado año por Reebok, también por denuncias de publicidad engañosa de zapatillas tonificantes. Reebok pagó 25 millones de dólares (19,6 millones de euros) por las quejas relativas a sus líneas EasyTone y RunTone. La diferencia de la cuantía pagada por Skechers y Reebok se debe a que la primera, que fue pionera en este tipo de producto, lanzado en 2009, tiene mayor cuota de mercado.