Los candidatos conservadores aliados de Berlusconi se impusieron en la región de Lazio, que incluye a la capital, y en Piamonte, una zona en el norte industrializado del país. Esas dos áreas fueron ganadas a la oposición, en lo que representa un gran triunfo político de Berlusconi.
«Este resultado es el mejor reconocimiento de la labor realizada por mi gobierno», dijo Berlusconi, y una convalidación «para seguir, en la segunda parte de la legislatura, las reformas necesarias a fin de modernizar el país», dijo Berlusconi.
La habilidad del político conservador para encarar la adversidad y salir triunfante fue reconocida por algunos de los analistas italianos más destacados.
«Nadie se habría sorprendido si Berlusconi hubiese perdido las elecciones regionales», opinó el analista político Stefano Folli en el diario financiero Il Sole 24 Ore.
«Empero, Berlusconi actuó con su habitual pericia en una cruel campaña electoral», agregó Folli. «E incluso logró evitar la trampa de una asistencia baja récord».
Los conservadores ganaron seis regiones y consiguieron una amplia mejoría respecto a las dos que controlaban antes de las elecciones, mientras que la oposición de centroizquierda retuvo siete.
La Liga del Norte fue la que más votos obtuvo en algunas zonas norteñas del país.
A nivel nacional, obtuvo casi el 13% del voto — más del doble que en los anteriores comicios regionales. Los analistas indicaron que la Liga del Norte restó algunos votos al partido de Berlusconi, que a escala nacional obtuvo 26,7% frente a 31% en la anterior consulta electoral.