Esta es la columna que Nicmer Evans escribe esta semana:
El Polo Patriótico. En el marco de la discusión de las 5 Líneas Estratégica de Acción Política del PSUV, se ha dado una extraordinaria preponderancia al futuro del proceso revolucionario más allá de los eventos electorales. Una base del PSUV rebelde ante errores de la dirigencia del partido, denunciando el aburguesamiento de parte de ella, tanto a nivel nacional como regional y local, la práctica de nepotismo, clientelismo, desplazamiento, competencia, deslealtad, explotación etc, interpretando así la reproducción de valores capitalistas en una organización que pretende ser socialista, ha develado, de manera muy respetuoso, una serie de insatisfacciones con el rumbo que ha tomado el partido en su corto tiempo, ya que siguen siendo casi los mismos dirigentes del extinto MVR, lo que ha conducido a la reproducción de los vicios que hizo que este partido tuviese que ser sustituido.
Una profunda crítica a la escasa capacidad de rotación de su dirigencia, la imposición de maquinarias y una difícil democratización de sus procesos decisionales internos, ha visto luz, en una especie de examen de contrición que pareciera inaugurar una nueva etapa de un partido que se niega a cometer más errores y pretende rectificar a tiempo. Estos son los elementos que diferencian al PSUV del resto de los partidos políticos en Venezuela, la capacidad de reconocimiento de sus dificultades, ahora falta que sea capaz de concretar, con verdadera voluntad política, la superación de esos antivalores que se reproducen en su seno.
El Polo Patriótico así, se convierte en el nicho fundamental para medir la capacidad autocrítica y de diferenciación con el MVR. Si el PSUV asume al Polo como un espacio de concertación, en condiciones de igualdad con el resto de las organizaciones, blindándose de humildad, y planificando acciones conjuntas, pareciera que el éxito podría ser indetenible. Un par de propuestas de acción para el Polo emergen de la necesidad de nuevas ideas para la gestión pública y política: 1.- El Polo Patriótico debería constituir una sala para la formulación de propuestas y nuevos proyectos para la gestión pública revolucionaria, para así incidir de manera concreta en el gobierno, permitiendo superar la condición de ejecutante de ideas emanadas del Ejecutivo, y pasar a ser una organización proponente y de vanguardia en la revolución. 2.- En el seno del Polo Patriótico debería constituirse un comisariato político de la gestión pública, que interpele y evalué la coherencia entre la gestión de las instituciones públicas y el Plan Nacional de Desarrollo Simón Bolívar, con capacidad de sanción ética ante el proceso revolucionario a quienes se distancien de los objetivos.
Es el Polo, definitivamente, el espacio que, más allá de lo electoral, permitirá aunque tardíamente, garantizar que el rumbo al socialismo se cumpla eficientemente.El 4 de febrero y el Gabinete. A 19 años de la rebelión cívico-militar que originó la revolución bolivariana en marcha, es pertinente revisar las raíces que originaron la misma para así radicalizar las acciones del gobierno y del Polo Patriótico.
Es evidente que una de las patas cojas de la revolución ha sido la inacción, en la última época, de una administración pública casi paralizada, que no ha sido capaz de adaptarse a lo nuevos tiempos, y que no se ha transformado para el logro de este objetivo.
Esto sin duda corresponde a una verdadera política para la transformación del Estado en la que poco se ha adelantado, pero más grave aún es la inacción de parte del gabinete que lamentablemente se queda atrás ante un Presidente en constante transformación. Pareciera que la vida útil de sectores del gabinete de ministros ya caducó, y una renovación de gabinete sería indispensable para dar pie firme ante esta nueva etapa política de la revolución.
¿Una Federación de Politólogos? Con sorpresa he visto anunciarse una Federación de Politólogos de Venezuela, que además desarrolló un evento sobre el diálogo nacional, y digo con sorpresa ya que siendo politólogo me entero de la existencia de tal Federación.
Entiendo que una Federación es una unión o alianza, con sentido nacional, en este caso de un gremio, que además pretende tener niveles de representación del mismo, lo primero que afirmo es que como politólogo no me siento representado por dicha Federación que usurpa la vocería de un gremio que aún no posee organicidad en el país, y menos cuando habla de diálogo siendo incapaz de convocar a éste a lo interno del gremio.
También lamento el desequilibrio presentado en dicho evento, lo que anticipa que en realidad la “Federación” es un movimiento político de oposición, con apariencia de gremio, sería importante que indiferentemente de las posturas políticas de los politólogos del país, definamos con seriedad la constitución de un Colegio de Politólogos, y no usemos esta bandera para partidizar la discusión gremial, invito a las diversas Escuelas de Ciencias Políticas del país que se pronuncien ante tal necesidad y sirvan de motor para el desarrollo del Colegio.
Cara o Sello por RNV-Activa este y todos los miércoles, de 8 a 10 p.m.
“El Polo Patriótico, el 4F, el gabinete de Ministros y los politólogos”
Por: Nicmer N. Evans