La número uno del mundo puso en marcha la maquinaria Williamsdurante 56 minutos, y, con 26 golpes ganadores más que la canaria y un 95 % de efectividad de su primer servicio, ganó su segundo título del año tras el pasado Abierto de Australia.
Suárez aguantó hasta el 2 iguales, y desde ese momento la pequeña de las hermanas Williams le endosó 10 juegos seguidos, en un partido sin apenas ritmo, con puntos que se cerraban en tres o cuatro golpes.
Al inicio del choque, Williams impuso la rotundidad de su saque para marcar las diferencias, mientras Suárez, con menos potencia, sacaba adelante como podía sus saques.
La estadounidense no quería esperar, no quería entrar en un intercambio de bolas que beneficiaba a Suárez, por eso, si su saque no le ponía en franca ventaja el juego, enseguida intentaba un golpe ganador (29 en total).
En el sexto juego se acabó el partido. William logró romper el servicio a la tenista española, que, en su búsqueda de bolas muy profundas, erró en varios golpes que se fueron más allá de la línea de fondo.
Serena Williams recibió el trofeo de manos de la histórica tenista checa Martina Navratilova, ganadora de la primera edición del torneo hace 30 años, al superar a otra jugadora mítica de este deporte, la estadounidense Chris Evert.
Con su octavo triunfo en su décima final en Miami, la número uno del mundo se sumó a Navratilova, Evert y la alemana Steffi Graf como las únicas jugadoras que han logrado ocho títulosdel mismo torneo.
EFE