«Es muy usual entre países democráticos los observadores internacionales que puedan verificar que las elecciones sean limpias, que no haya fraude. Llama la atención la oposición del presidente Hugo Chávez a que existan observadores», dijo el senador de la opositora Democracia Cristiana chilena Patricio Walker.
«Lo que queremos asegurar es que eso ocurra (elecciones limpias). Negarse a esa posibilidad me parece una señal sospechosa, negativa», comentó por su parte el senador oficialista de la conservadora Unión Democrática Independiente Hernán Larraín.
Los senadores chilenos insisten en viajar a observar los comicios venezolanos, aunque esta no es una posición oficial del gobierno de Chile.
Mientras tanto el secretario ejecutivo de la Organización de Estados Americanos (OEA), el chileno José Miguel Insulza, aclaró que el organismo que lidera no puede intervenir en la controversia sin que antes el asunto sea planteado oficialmente por alguno de los gobiernos.
«Nosotros no podemos intervenir. Si Cancillería (chilena) lo pide, se analizará esa solicitud en el Consejo Permanente y éste decidirá si corresponde o no corresponde.Pero, de acuerdo con la normativa actual, no podemos imponerle eso a nadie», aseguró.
«Invitar a quien se quiera es una prerrogativa de cada país. No conozco ninguna norma internacional que permita que un país vaya a otro a observar una elección», dijo Insulza, quien informó que la OEA tampoco acudirá ya que Venezuela no lo ha pedido.
«No hemos sido invitados y no nos corresponde asistir», aclaró.
Por su parte, el diputado venezolano Ricardo Capella, consultado en Caracas por la radio chilena Cooperativa, calificó como una falta de respeto la actitud de sus homólogos chilenos y cuestionó que hayan emitido opinión a priori respecto de las legislativas venezolanas.
«Si usted es un observador, no debe emitir una opinión ‘antes de’. No se puede decir que las elecciones van a ser de una manera, porque esa opinión lo inhabilita, porque se sabe que su opinión es sesgada», dijo Capella.