Más de 30 centímetros (un pie) de lluvia cayeron sobre la cuarta ciudad más grande de Estados Unidos, lo que dejó al menos seis muertos y causó la inundación de viviendas y el cierre de autopistas.
Las inundaciones se han convertido casi en un rito anual en esta ciudad situada prácticamente al nivel del mar. Los expertos han advertido desde hace tiempo sobre la posibilidad de una catástrofe y han criticado a los líderes de la ciudad por no hacer más para resolver el problema.
“Lo lamento por aquellos cuyas casas están inundadas otra vez”, dijo el alcalde Sylvester Turner el lunes. “No puedo decir nada que alivie su impotencia. Por cierto, no podemos controlar el clima”.
“Mucha lluvia cayendo en muy poco tiempo, no hay nada que hacer”, añadió Turner.
Había altas probabilidades de nuevas inundaciones para el martes, un día después de la caída de cerca de 45 centímetros (18 pulgadas) de agua en 24 horas.
El Servicio Meteorológico Nacional había declarado un estado de vigilancia por inundaciones hasta el miércoles por la mañana.
Decenas de barrios estaban inundados y la mayoría de las escuelas permanecieron cerradas, aunque la ciudad misma regresaba a la normalidad.
La Autoridad de Tránsito Metropolitano de Houston reanudó el servicio de transporte público y la mayoría de las autopistas urbanas estaban abiertas al tráfico.