Los niños presentaban delicadas condiciones de salud, que se complicaron por las fallas de insumos y de agua.
Seis bebés murieron el sábado pasado en el área de Hidratación de la Emergencia del Hospital Pediátrico Jorge Lizarraga, ubicado en la Ciudad Hospitalaria Enrique Tejera de Valencia, lo que causó malestar y preocupación entre los padres que tienen a sus hijos en ese establecimiento de salud.
“El sábado estábamos en La Pérgola y escuchamos que llamaban a los padres y les decían que fueran a Hidratación porque sus niños estaban mal. Luego les daban la noticia de la muerte y así fue sucediendo horas tras horas. Se comentaba que era una bacteria, y nosotros nerviosos”, narró Yoel Acosta, padre de un bebé hospitalizado en Cuidados Intensivos del centro de salud.
Médicos residentes del posgrado de Pediatría, que pidieron la reserva de su nombre, indicaron que una colega que estuvo de guardia ese día de nombre Deniré González recibió el área con 12 niños en condiciones de salud muy delicadas. A González la golpeó una madre cuando recibió la noticia del deceso de su bebé, y también recibió amenazas de otros padres.
Sin embargo, los médicos aseguraron que 3 de los niños que fallecieron presentaban complicaciones desde hace 20 días.
“Todos los pacientes que fallecieron estaban críticos, inestables. Primero murió un paciente de un mes y medio de nacido que pesaba 2 kilos, con una patología quirúrgica, y falleció por una complicación. La segunda también fue una paciente desnutrida porque comía una sola vez al día, tenía 20 meses con un peso de 5 kilos. El tercer niño muerto tenía múltiples problemas congénitos, un fallo renal, infectado por el hospital. Luego murió otro que venía con una sepsis severa, con una neumonía y meningitis, además de desnutrición. Así eran los casos”, refirió un médico.
“Recibimos pacientes desnutridos, maltratados, resultados de embarazos mal controlados, con problemas congénitos, que llegan en delicadas situaciones, y nosotros tenemos que trabajar en condiciones precarias”, dijo.
Aseguran que la falta del agua es recurrente y recordaron que eso es un factor de riesgo para el desarrollo de infecciones. Denunciaron que tienen fallas de medicamentos y de insumos hospitalarios, y afirmaron que hacen lo posible para cumplir con sus labores.
Familiares de pacientes se quejaron de lo costoso que les resulta comprar las medicinas y hasta el agua para que bañen a los niños. Calculan que gastan entre 2.000 y 4.000 bolívares diarios. “Aquí compramos los tubos para muestras de exámenes, yelcos, medicinas, sondas, en fin, todo”, dijo María Jiménez, tía de una bebé hospitalizada.