En noviembre solo 11,4 productos de cada 100 estuvieron ausentes. Al mismo tiempo el índice que mide la diversidad de marcas que pueden encontrar los consumidores en los anaqueles disminuyó desde 173,2 hasta 149,5 evidenciando una reducción importante en el abanico de opciones.
Si bien la escasez aun está lejos del pico alcanzado en enero de 2008 cuando 24,7 de cada 100 productos tenían fallas de abastecimiento, la insuficiencia en el mercado ha crecido durante los últimos seis meses y la devaluación puede profundizar los problemas.
El incremento en el tipo de cambio para las importaciones de alimentos y medicinas desde 2,6 bolívares por dólar hasta 4,30 obligará a incrementar el precio de los productos regulados y, si el Gobierno no permite los ajustes rápidamente, la experiencia indica que la escasez se multiplica velozmente.
José Guerra, ex gerente de investigación económica del Banco Central, considera que en la escasez también interviene «la caída de la producción nacional esto es un factor que cada día tiene más peso».
En 2010 el Gobierno realizó una devaluación de menor impacto a la actual ajustando el tipo de cambio para las importaciones de alimentos desde 2,15 bolívares por dólar hasta 2,6 y el golpe para los consumidores fue considerable.
En 2010 el precio de los alimentos y bebidas no alcohólicas registró un salto de 33,8% versus 20,2% en 2009.
El mayor incremento se observa en los productos agrícolas que el año pasado se encarecen 55,1%, mientras que los agroindustriales aumentan 26% y los pesqueros 23,3%.
A la caída de la producción nacional y la devaluación se agrega que a escala mundial el precio del trigo, el maíz y el arroz se encuentra en el punto más alto desde 2008, de tal forma, que todo apunta a mayores incrementos en el costo de los alimentos.
Inflación acelerada
Las cifras del Banco Central indican que en 2010 la inflación acumuló un avance de 27,2% que supera a 25,1% de 2009.
En diciembre el salto es de 1,8%. Además de los alimentos la población siente el impacto en el resto de variables clave para la calidad de vida.
En los últimos doce meses el precio del vestido y el calzado se incrementa 16,4%, los servicios de salud 24,4%, el transporte 27,7% y el costo de los artículos que permiten equipar el hogar 24,4%.
El Gobierno se ha propuesto como meta que la inflación cierre este año entre 23% y 25%, mientras que analistas como José Guerra estiman que podría estar un poco más elevada y ubicarse en torno a 28%.
«No hay nada que indique que la inflación será menor a la de este año. Habrá que aumentar los salarios, a esto se añade la devaluación y que el Banco Central va a seguir financiando al Gobierno».
La aceleración de los precios sería mayor si las familias no se hubiesen visto forzadas a disminuir el consumo por la pérdida de capacidad de compra del salario.
En términos reales, después de descontar el incremento de los precios, el retroceso en la capacidad de compra del salario al cierre del tercer trimestre de este año es de 1,8% para los trabajadores de las empresas privadas y de 15,3% en el caso de quienes están en la nómina del Estado.
El gasto de las familias se ha reducido 5,9% en los últimos dos años con lo que ha quedado muy atrás el tiempo en que gracias al ingreso de petrodólares el consumo aumentó a paso firme mientras la economía se mantenía en expansión.