Chávez rompió las relaciones con Colombia y ordenó «máxima alerta» en la frontera común, por considerar un «agravio» las denuncias sobre la presencia de jefes guerrilleros en territorio venezolano presentadas ante la Organización de Estados Americanos (OEA) por el Gobierno de Álvaro Uribe.
El dirigente y fundador del opositor partido Primero Justicia (PJ-liberal), Julio Borges, calificó de «delicada» la situación con Colombia, y opinó que la decisión de Chávez de romper relaciones con ese país buscaría distraer a los venezolanos de problemas internos de cara a los comicios parlamentarios del próximo 26 de septiembre.
«Chávez tiene una mentalidad militar. Siempre necesita un enemigo y si no lo tiene lo inventa. Este es un Gobierno que siempre piensa en la ruptura, en el choque», afirmó Borges en declaraciones a Efe.
El representante opositor pidió al mandatario venezolano que «no utilice» el conflicto con Colombia para su «beneficio político», en detrimento de la dimensión «social» del mismo.
Asimismo, el secretario general del partido socialcristiano Copei-Partido Popular, Luis Carlos Solórzano, instó al Gobierno de Chávez a permitir la verificación internacional de las denuncias colombianas.
«No tendría perdón ni de Dios, ni de ninguna nación del mundo, que esto fuera cierto, porque se trata de grupos (guerrilleros) que ocasionan enormes daños a su propio pueblo», sostuvo en declaraciones a la cadena caraqueña Unión Radio.
Por su parte, José Rozo, líder de la patronal Fedecámaras en el estado de Táchira, fronterizo con Colombia, expresó su «preocupación» por la «grave» situación con el vecino país, y su repercusión en la zona común.
«El daño que han hecho» los Gobiernos de Chávez y Uribe a la economía de la frontera «no tiene ningún perdón, porque miles de puestos de trabajo se están perdiendo», declaró Rozo a Efe en entrevista telefónica.
El presidente nacional de Fedecámaras, Noel Álvarez, manifestó este jueves su «preocupación» por la ruptura de relaciones con Colombia y pidió «sindéresis» y «ponderación» en el tratamiento y resolución de este conflicto diplomático.
«Los enfrentamientos ideológicos entre los presidentes nos han hecho daño, sobre todo como pueblo, porque el Palacio de Miraflores y la Casa de Nariño tienen una política, pero quienes sufren o se benefician son los ciudadanos», dijo Álvarez a la prensa local.