La mansión, de estilo francés, además tiene 1.600 metros cuadrados con media hectárea de jardines y una piscina olímpica.
Tras el fallecimiento del Rey del Pop, el propietario del inmueble había intentado alquilarlo por 300 mil dólares al mes, aunque finalmente se decidió por poner la vivienda a la venta.
La casa ya estuvo en el mercado en 2008 por 38 millones de dólares, pero, al no encontrar comprador, se optó por alquilársela a Jackson para que residiera en ella mientras ensayaba para sus conciertos en Londres, previstos para julio.
Michael Jackson murió el 25 de junio de 2009, víctima de una intoxicación aguda de anestésicos que le fueron suministrados en la habitación de esa vivienda, en la que dormía