antiestética apariencia. Hay várices de diferentes grados: desde las muy finitas
y fáciles de tratar, hasta los grandes cordones que sobresalen en la piel sin
misericordia. Por lo general afectan al sexo femenino: una de cada diez mujeres
la padecen. Conversamos al respecto con el Dr. Julio Morón , cardiólogo de la
Clínica San Pablo, para conocer sus causas y qué se puede hacer al respecto.
¿Qué son las varices?
Es la denominación que
se le da al aspecto dilatado de las venas de los miembros inferiores (piernas).
Para referirnos a ellas en medicina se emplea un término más amplio:
insuficiencia venosa de miembros inferiores. La insuficiencia venosa, como la
diabetes o la hipertensión, es una enfermedad crónica: no tiene cura pero puede
controlarse. Los tratamientos disponibles cumplen con la finalidad de mejorar la
calidad de vida del paciente y el aspecto estético de las piernas, pero no curar
la enfermedad.
¿Por qué se presentan?
Se desarrollan por una inadecuada función de las
propias venas. En una situación normal, las venas de las extremidades inferiores
bombean de regreso la sangre al corazón a fin de que ésta no caiga por efecto de
la gravedad. Por diversos factores, no obstante, estas venas se ensanchan,
dilatan o debilitan, alterando el normal paso de la sangre y contribuyendo al
estancamiento de la corriente sanguínea dando lugar a que las venas sobresalgan
en la piel.
¿Qué factores ocasionan la dilatación o el debilitamiento de las
venas?
Primero hay que indicar que la enfermedad, por lo general, aparece en
la edad adulta. Es raro ver várices en gente muy joven; en estos casos su
presencia puede obedecer a traumatismos o problemas congénitos.
Las várices,
aunque suene irónico, aparecen como resultado de una actividad inevitable: estar
de pie. Si no fuéramos bípedos (caminar sobre dos pies) probablemente nadie las
padecería. Pero en un ser bípedo como es el hombre, la sangre que fluye de los
pies al corazón debe recorrer más de un metro de distancia en contra de la
gravedad, lo que significa una gran esfuerzo para las venas a largo plazo. Es de
esperarse que después de 20 o 40 años, las venas estructuralmente débiles,
tiendan a dilatarse dando paso a la insuficiencia venosa. Precisamente por la
razón señalada, las personas que por cuestiones laborales pasan la mayor parte
del día de pie, son más proclives a tenerlas.