La muy probable incorporación del curtido Fernando Soto Rojas, exliga Socialista, de Blanca Eekhout, exministra de Comunicación y de Aristóbulo Istúriz, directivo del PSUV, a la directiva de la AN se traduce en la incorporación de una línea dura de la izquierda chavista parecida a la que existe actualemente pero con caras nuevas que de algún modo dan oxígeno a una Asamblea Nacional (AN) donde repetirán menos de 40 diputados entre principales y suplentes.
«Vemos que hay una voluntad por reoxigenar la Asamblea Nacional y de remozar para reconfigurar un escenario donde se van a integrar diputados de oposición. Hay tres generaciones allí», reflexiona el sociólogo Nicmer Evans.
Esta propuesta que luce radical y «nada moderada» tiene una ventana, opina el politólogo Ricardo Sucre, que es Aristóbulo Istúriz que en determinado momento puede abrir, o no, un diálogo o establecer un contacto con los adversarios políticos con los que tendrán que convivir en el Parlamento.
«Istúriz es un pragmático, una ventana que está allí, que pueden dejar cerrada o se puede abrir de acuerdo con la dinámica que se de en esa Asamblea Nacional. Ya está acostumbrado a actuar en un escenario como el del Parlamento, tiene la experiencia», opina Sucre para quien este exministro a primera vista es el más flexible de las figuras que encabezarán el Poder Legislativo. Soto Rojas, señala Sucre, tiene suficiente experiencia política para manejarse con cierta autonomía, es el ‘ideológico’ «al contrario de Eekhout que será una especie de enlace entre el Parlamento y Miraflores, un correo del presidente Chávez que no tiene la destreza política para comunicarse con otros sectores».
Sucre dice que es obvio que los tres están casados con la propuesta del Gobierno y fueron puestos allí siguiendo la línea hegemónica de control del Presidente: «Son nombrados como en un acto administrativo sin que se de la discusión en el seno del Parlamento».
El sociólogo Evans cree que existe una interpretación errónea acerca de lo radical que pueden ser estos integrantes de la directiva de la AN. Considera que son radicales porque «vienen de la raiz de la izquierda, de la vanguardia, la esencia» y añade que eso no quiere decir que sean extremistas.
«Con esa directiva, si aprueban la propuesta, se hace un esfuerzo por sintetizar experiencia y juventud en tres generaciones distintas. Es una composición heterogénea del partido. La incorporación de Soto Rojas representa el acceso al poder de grupos minoritarios dentro del PSUV, una corriente que viene de la Liga Socialista y vemos a Eekhout, una luchadora comunitaria». Para ambos analistas políticos la actuación de Cilia Flores fue reconocida al dejarla como jefa del bloque parlamentario del PSUV.