El Talas afectó especialmente a las provincias de Nara y Wakayama, donde aún existe el peligro de nuevos corrimientos de tierra y hay comunidades enteras sin agua potable, según Kyodo, informó Efe.
Además, unas 1.680 casas de Nara carecen de suministro de luz y unas 20.000 líneas telefónicas están sin servicio en Wakayama, donde 320 policías de diferentes puntos del país ayudan en las tareas de rescate.
El corte de carreteras a causa de las avalanchas de barro está haciendo imposible la búsqueda de desaparecidos, y la reparación de tendidos y tuberías en varias zonas, por lo que se baraja el uso de maquinaria pesada para desbloquear las vías.
Una de las ciudades más afectadas de Wakayama fue Shingu, de unos 32.000 habitantes, cuyo Ayuntamiento ultimaba hoy el envío de agua y otros suministros a 26 lugares de la localidad que han quedado aislados y donde residen sobre todo personas de edad avanzada.
Por su parte, el Gobierno provincial de Nara se disponía a transportar en helicóptero una tonelada de agua y arroz para el pueblo de Totsukawa, también incomunicado a causa del desastre.
Talas rebajado a tormenta tropical, se desplaza ahora por el Mar de Japón en dirección norte y junto con el tifón Noru, que avanza por la costa noreste nipona, está causando fuertes lluvias en la isla de Hokkaido y otras zonas del norte del país, donde se han activado alertas por avalanchas e inundaciones.
La Agencia Meteorológica de Japón espera que el agua acumulada en 24 horas pueda alcanzar 180 milímetros mañana por la mañana en Hokkaido y 80 milímetros en la zona de Tohoku, que resultó devastada hace ya casi seis meses por el terremoto y el tsunami del 11 de marzo.