Al comparar las listas de precios de los ingredientes del tradicional asado, se estima que para elaborar el plato familiar se requieren como mínimo entre 8.292 y 11.525 bolívares.
La cultura de cada país se destaca por sus tradiciones, y en Venezuela las fiestas nacionales, cumpleaños o fines de semana son el pretexto perfecto para reunir a familias y amigos en torno a la típica parrilla compuesta de carne, chorizo, yuca, bollitos, ensalada, guasacaca y bebidas.
“Eso siempre ha sido así. Mis abuelos lo hacían, mis padres continuaron la tradición y yo la había mantenido hasta ahora. El problema es que ya no me alcanza el dinero para invitar a algún conocido o pariente a comerse un trozo de carne en mi casa, porque me quedaría sin dinero para hacer las compras y pagar los servicios”, expresó Manuel Santamaría, distribuidor de pastas.
Y es que si tomamos como referencia los precios en que algunas cadenas de supermercados, expendios de hortalizas y el mercado municipal de Puerto La Cruz ofertan los ingredientes de este plato, se calcula que el costo promedio de una parrillada para ocho personas oscila entre 8.292 y 11.525 bolívares.
Benito Gómez, expresidente de la Federación de Administradores de Venezuela, señaló que un trabajador que gane sueldo mínimo, es decir, Bs 7.421,68, “tendría que invertir hasta un salario y medio para darse el lujo de comer un asado con su grupo familiar, lo cual es prácticamente imposible”.
Destacó que este gasto representaría un “duro golpe” al presupuesto mensual de ese 30% de empleados formales que tienen ingresos básicos, e incluso para quienes reciben el doble de ese monto, porque no les quedaría suficiente dinero para cubrir sus otras necesidades.
“Es por ello que cada vez más, la clase trabajadora se ve obligada a prescindir de la recreación, y se está concentrando sólo satisfacer únicamente sus requerimientos alimentarios, lo cual no es recomendable para una sociedad sana y con calidad de vida”.
Demanda
Santamaría hacía parrillas cada 15 días, la última fue el pasado Día del Padre.
“En tres kilos de solomo, dos pollos, chorizos, morcilla, ingredientes para el aderezo, vegetales para la ensalada, yuca, una caja de cervezas y carbón gastamos cerca de 11.000 bolívares, y lo tuvimos que pagar entre cuatro miembros de la familia. Antes uno podía costear este gasto, pero los precios han aumentado demasiado. Creo que por este año no la haremos más”.
En las carnicerías La Cava de Lechería, y los frigoríficos La Punta y La Hacienda de Nueva Barcelona, especialista en la preparación de carnes para parrilla, la demanda se había reducido hasta hace dos semanas entre 30% y 50%.
Esta cifra podría ser mayor, ya que tienen más de 15 días que no reciben despachos de reses, debido a los problemas que tienen los mayoristas con la comercialización del rubro.
Denny Amundaray, carnicarnicero de La Punta, dijo que en condiciones normales, en un fin de semana podían tener hasta 50 pedidos completos, con solomo, pollo, cochino, chorizos, morcillas, cazabe, yuca y carbones, pero ya no pasan de 10, “y este fin de semana largo no tuvimos ninguno”.
Además de la escasez del producto base del tradicional plato, el aumento progresivo de los precios ha precionado las ventas hacia la baja.
La vendedora de La Hacienda Vanesa Urbano, recordó que en enero el corte de primera estaba en Bs 350 el kilo, ahora oscila entre 1.300 y 1.430. “En algunos establecimientos se consigue hasta en 1.700, dependiendo de la calidad del ganado y de su procedencia”.
En la lista de precios del mercado porteño el solomo está en Bs 1.200, aunque los puestos están cerrados por no poder mantener el margen de ganancia sin ser objeto de multas.
Hace siete meses, en los negocios privados ofertaban el kilogramo de pollo en Bs 120, actualmente está entre Bs 420 y 440, el chorizo aumentó de Bs 250 hasta en 950 y la morcilla de Bs 250 subió a 700, el cerdo de Bs 300 a 560. En el expendio popular del municipio Sotillo se consigue a menor costo,
Alternativas
Efraín Brito, comerciantes de 55 años, también acostumbraba a comer carne asada con frecuencia. “Tengo tiempo que no lo hago. Primero porque ya no se consigue y segundo, porque todo está muy caro”.
El empresario dice que aunque tiene ingresos superiores al salario básico, la situación económica afecta a todos por igual. Considera que una parrilla debe ser de buena calidad para que se pueda disfrutar, pero “además no se trata sólo de carne y embutidos, hay que incluir ensalada y bebidas, lo que aumenta el costo”.
Otro comprador, Raulmer Barreto, de 28 años, comentó que consumir alguna proteina es costoso.
“Conseguir carne ya es un problema, y si se encuentra es muy cara. A la hora de cuadrar una reunión con los amigos, ya no es como antes que el dueño de la casa compraba la mayoría de los productos. Ahora todos tenemos que colaborar. Preparar una parrilla en Venezuela se ha convertido en un lujo”.
El joven comentó que “las últimas que hemos hecho han sido muy austeras. Sólo con pollo, yuca y chorizo. Los otros contornos los obviamos”.
El ama de casa María García (34), señaló que mantener esta tradición es muy difícil.
“Yo siempre apartaba parte del dinero de las compras semanales, para la parrillita con la familia, porque era la mejor forma de reunirnos. Este año no he podido hacerlo. No me queda un bolívar, y aún así no logró llevar todo lo que necesito para la comida”.
García vive con su pareja, cinco hijos y su madre. En total son ocho comensales. “Por más sencilla que la hagamos, sólo en carne nos gastaríamos 2.000 bolívares y eso es prácticamente la tercera parte de la quincena de mi esposo”.
Al igual que el resto de los consultados, estima que la parrilla quedó para el recuerdo.
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