“Hay un problema (…), hay personas que confunden la calle con un bar de strip-tease”, escribe Vsevolod Chaplin, jefe del departamento del sínodo para las relaciones entre la Iglesia y la sociedad, en una carta abierta divulgada por la agencia Interfax.
Así, “una mujer que apenas está vestida, o que está maquillada como un payaso (…) no encontrará desde luego un hombre con quien compartir su vida, un hombre que tenga un mínimo de inteligencia o de respeto por sí mismo”, añadió.
Es por ello que aboga por la creación de un código vestimentario en Rusia, siguiendo el ejemplo de algunos imperantes en ciertas escuelas u oficinas.
Para la ex disidente soviética y defensora de los derechos humanos, Liudmila Alexeyeva, esta idea contradice los principios de la Constitución rusa.
“Es una injerencia en la vida privada, lo que está formalmente prohibido por nuestra Constitución”, declaró a la radio Eco de Moscú.
EFE