La alerta por el aumento de estas molestias de salud la ha lanzado la facultad de Medicina Chapel Hill de la Universidad de Carolina del Norte (EEUU), una institución a la que los alumnos acuden, además de con libros de texto, con sus ordenadores personales bajo el brazo, al igual que sucede en otras muchas universidades norteamericanas. El uso de los portátiles obliga a forzar la postura, debido a su diseño y, a la larga, pueden ocasionar problemas.
Kevin Carneiro, doctor y profesor de Medicina y Rehabilitación en dicha universidad, recuerda que cuando se trabaja con un ordenador “el cuerpo debe formar un ángulo de 90 grados, con los hombros, la cadera y las rodillas. La cabeza debe estar erguida y los ojos deben mirar de frente para ver la pantalla”. Sin embargo, los portátiles, que en 2008 ya fueron más vendidos que los ordenadores de sobremesa, no permiten esta posición, ya que al apoyarlos sobre las piernas obligan a mirar hacia abajo y forzar el cuello.
Para evitar dolores musculares y de cabeza y problemas en las muñecas -que también son frecuentes-, los expertos de este centro recomiendan, siempre que sea posible, conectar el ordenador a un monitor externo o a un teclado, que permita estar más recto al usuario. Además, aconsejan saber cuánto pesa un ordenador portátil -con los accesorios como las baterías y los cables, incluidos- antes de comprarlo.
Otras medidas para que la espalda no sufra las consecuencias de los avances tecnológicos son utilizar una silla con respaldo, utilizar el portátil en una mesa, hacer pequeños descansos cada 20 minutos para estirar los músculos y relajar la vista y beber líquidos, para mantener el cuerpo hidratado. Aunque son los estudiantes los primeros que han mostrado estas molestias, la ‘laptop-itis’ o ‘portátil-itis’ puede afectar a todos los que pasen muchas horas con el portátil, ya sea para trabajar, para ver películas y series o, simplemente, para navegar por la Red.